jueves 28 de marzo, 2024
  • 8 am

El desafío pos Covid-19 será ampliar los métodos de comercialización de los lácteos

El Instituto Nacional de la Leche (INALE) presentó un análisis sobre las perspectivas del sector lácteo, tanto a nivel nacional como internacional. En primera instancia se detallaron las primeras consecuencias visibles del COVID-19.
El confinamiento de las familias a escala mundial generó el cierre del circuito de comercio HORECA (hoteles, restaurantes, pizzerías, cafeterías y negocios de catering). EE.UU y la UE lo han sentido con más fuerza dado que sus mercados internos son muy demandantes de estos productos. A nivel individual la exportación o la acumulación de stocks de productos parecerían ser un primer desahogo.
¿Pero será posible llevar este comportamiento a todo el mundo? Resulta difícil con una demanda diezmada en los principales centros de consumo mundial con: el impacto del confinamiento sobre los volúmenes demandados; la depreciación de las monedas nacionales frente al dólar encareciendo las importaciones; la caída del precio del petróleo que afecta seriamente a las economías de los países exportadores de petróleo, principales consumidores de alimentos y de productos lácteos.
En la actualidad la pandemia tiene su epicentro en Occidente. En EE.UU y en Europa se están implementando políticas orientadas a dar apoyo a los productores a través de subsidios, incentivar la reducción de la producción y abrir programas de almacenamiento público de productos lácteos, principalmente polvos.
En China el COVID-19 estaría en su etapa de reversión y el comercio se reactiva gradualmente. Las principales industrias están volviendo al procesamiento normal de leche. Y teniendo en cuenta que una parte de los procesos se realizan con leche en polvo importada, resulta una buena noticia para los países exportadores de leche en polvo.
Uruguay
En general, hasta abril de 2020 las exportaciones no tuvieron grandes cambios ni en precios ni en volúmenes. Pero mayo se presenta incierto. En general hay una especie de compás de espera por los movimientos del mercado internacional. Los negocios que surgen son de cortísimo plazo, al momento tanto exportadores como importadores no están concretando negocios para los próximos meses.
Para lo que resta del semestre, las exportaciones de nuestro país en general refieren a negocios pactados en meses anteriores. Pero la actividad económica mundial se está resintiendo, las monedas nacionales se han devaluado frente al dólar, los precios del petróleo han bajado a la mitad. No debería sorprendernos la eventual postergación de embarques, cancelación de embarques y/o renegociaciones de precios.
El mercado lácteo no está blindado ante la emergencia mundial. De hecho, los agentes económicos del sector perciben que los precios irán a la baja, aunque con la incertidumbre del cuánto, cuándo y hasta cuándo. Sin embargo, hay algunas señales positivas de reactivación desde China y demás países asiáticos.
A pesar del parate mundial con consecuencias que no se sabe hasta cuánto se extenderán, el mundo necesita alimentos y las vacas tienen que seguir ordeñándose.
El desafío muy probablemente vendrá por seguir extremando las medidas de higiene e inocuidad en toda la cadena láctea, fortalecer los destinos de exportación consolidados, apuntar a la búsqueda de negocios de corto plazo que vayan paleando la salida de productos hacia el mundo, apuntar a la diferenciación de productos y buscar segmentos de mercado diferenciados aprovechando las oportunidades que puedan surgir de esta crisis así como complementar métodos tradicionales de comercialización con canales alternativos como el e-commerce.