viernes 19 de abril, 2024
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«A mí si me dicen dónde quiero jugar, dame la roja, negra y blanca»

Un exjugador, que desde niño jugó al fútbol y hasta se dio el lujo de terminar su carrera como jugador profesional en el recordado Salto Fútbol Club. Nació en el Cerro, se hizo en el baby fútbol de Peñarol, debutó con 15 años en primera en Cerro, pasó en Salto Uruguay, Ferro Carril y el Progreso exitoso de 1998. Jugador de selecciones salteñas de formativas y mayores, campeón del Litoral 95′ y cerró su ciclo con el equipo profesional de Salto en 2003, a un paso del fútbol grande de la AUF. Julio Martín Cavalheiro en diálogo con CAMBIO contaba su trayectoria en el fútbol.
Desde niño me gustaba jugar al fútbol en el barrio (Cerro), en cualquier espacio, campito, era correr detrás de una pelota. Siempre digo que hay cosas que el jugador trae desde que nace, no es algo que se incorpora; el jugador de fútbol nace con condiciones y antes las demostraba de niño en el campito, cosas que hoy han cambiado mucho. Desde muy chico me atravesaba todo Salto para jugar en el baby de Peñarol. Recuerdo en aquel entonces la familia Delgue, que me recibió y trató muy bien, me hicieron sentir muy bien. Me crié en el Cerro pero me fui formando como jugador y persona con ellos. A los 13 años pasé a jugar de ‘9’, antes estaba la categoría 14-15 años que pertenecía al baby fútbol, pero que se jugaba en cancha grande, ahí salí goleador de ese campeonato, siendo reconocido por un diario de esa época que era ‘Tribuna Salteña’, un premio al goleador. Recuerdo que jugábamos de mañana temprano los domingos, yo caminando muchas cuadras, en invierno por el hielo. Hoy no existe ese tipo de frio, y aún así los gurises de hoy no hacen ese sacrificio para jugar al fútbol, al que más gustarte hay que llevarlo en el alma».
EL DEBUT EN CERRO, HASTA LA CAFETERA
«Después con 15 años surge la posibilidad de jugar en el primero de Cerro y me inscriben para pasar a formar parte de un gran plantel de jugadores, la mayoría con mucha experiencia, pero ahí ya no juego de ‘9’ y vuelvo como en mis principios en el barrio a jugar de zaguero, de ‘2’ o ‘3’, de lateral también en mis comienzos me adaptaba bien. Empecé ahí a ser un jugador polifuncional. El que me hace debutar en Cerro es el padre del ‘Ata’ Mendoza, que era el técnico en ese entonces, cuando Cerro jugaba en la ‘A’, era protagonsita y siempre estaba en la liguilla. Había grandes jugadores, todos hombres de mucha experiencia, los Albarenque, los Galbarini, los Ferreira, que fue lo mejor que me pasó en la vida; jugar en ese Cerro me llevó a una maduración rápida, en lo deportivo. ¡Había que salir a la cancha y ver un estadio lleno! En esos tiempos Cerro llevaba mucha gente a las canchas, cuando las canchas no tenían separación de hinchas, cuando el fútbol se vivía de otra manera.»
«En 1990, luego de hacer un gran año con Cerro, que terminamos perdiendo aquella recordada final con Deportivo, al año siguiente Salto Uruguay compra mi pase y ahí jugué un par de años, liguillas, definiciones también, para después pasar a Ferro Carril, donde también fueron buenos años, hasta llegar a Progreso, que fueron mis últimos años de éxitos en el fútbol salteño, donde aparece Gustavo Ferraz, donde jugamos una cantidad de partidos impresionante sin perder, una gran campaña. Eso fue 1998, terminamos ganando la liguilla, jugamos el partido extra por el título y perdimos el Campeonato Salteño con Salto Uruguay por penales, en los mejores años de Salto Uruguay. También fueron lindos los momentos vividos con Progreso, hasta terminar jugando en el Comercial en La Cafetera, un equipo que llevo en el alma también, donde además de ser dirigente soy entrenador; es otro de mis grandes amores en el fútbol».
EN SELECCIONES CON FESTEJOS
«Tuve la suerte de jugar en varias selecciones juveniles, dirigido por Jorge Soria y por Rosalino Sosa, de los cuales tengo muy lindos recuerdos, selecciones juveniles donde estaban el ‘Carre’ Filippini, el golero era Ricardo Mazzarino, hasta después estar 10 o 12 años jugando en la selección mayor de Salto. La primera vez que me citan a jugar en la selección mayor recuerdo estaba Washington ‘Pata’ Izaguirre de técnico. También fui citado a la selección que dirigía Heber ‘Negro’ Racedo, después vinieron los años exitosos con Gustavo Ferraz.
«Al año siguiente fuimos campeones del Litoral, algo que Salto hacía mucho no lograba. Ahí se empató en Artigas como visitante y se termina ganando acá 1-0 con gol de Pablo Quiñones para lograr el merecido campeonato que Salto lo venía buscando. La selección ha generado que se me abran muchas puertas, yo como salteño si me dicen en qué cuadro quiero jugar, yo quiero jugar en Salto, a mí dame la roja, negra y blanca, y me parto en 20. Para mí es la camiseta más hermosa, que hoy el jugador no valora, me duele cuando hay jugadores que renuncian a la selección, y lo triste de todo es que la gente tampoco valora la selección.
VINIERON A BUSCARME NIETO Y CASTAGNARO
«Mi gran despedida despedida del fútbol salteño fue terminar como jugador profesional en el 2003 con Salto FC. Recuerdo que había dejado de jugar en la Liga, estaba jugando en el Comercial en La Cafetera, cuando en verano fueron a mi casa Alcides Nieto y Jorge Castagnaro para invitarme para jugar. No podía creer. La idea de ellos era formar un buen grupo, como jugador de experiencia trasmitirle cosas importantes a los más jóvenes. Al final termino jugando diez partidos consecutivos y sin perder, una gran campaña. Terminamos perdiendo el ascenso acá; en el última fecha teníamos que ganar, íbamos ganando y nos empata Basáñez en el final, cuando habíamos errados muchos goles, no supimos asegurar el partido. Basáñez tenía un equipazo, pero si ganábamos teníamos la oportunidad de jugar una final con Cerrito, que fue quien terminó ascendiendo en aquel entonces. Y pensar que acá en Salto le habíamos ganado».
«Gracias al fútbol conocí todo el Uruguay, con selecciones juveniles y mayores salteñas y después con Salto FC jugamos en Maldonado, Cerro Largo y otros departamentos que jugaban en la ‘B’ profesional, además de la cantidad de viajes a Montevideo a jugar con cuadros de allá. Además, el fútbol me dejó muchos amigos en todos lados, conocí mucha gente en todo el país gracias al fútbol que tanto valoro».