viernes 29 de marzo, 2024
  • 8 am

Recursos departamentales

Fulvio Gutiérrez
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Fulvio Gutiérrez

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Dr. Fulvio Gutiérrez
El manejo de los recursos económicos y financieros de los gobiernos departamentales, es un tema complejo, difícil, y generalmente mal gestionado. En estos momentos, la casi totalidad de las Intendencias están en situación deficitaria, y muchas de ellas, han comprometido ingresos futuros, sobre todo algunos impuestos, para poder obtener ahora, dineros provenientes de préstamos seguramente bancarios, y así culminar las obligaciones que les resta cumplir hasta que se produzca el cambio de autoridades. La crisis económica y financiera que ha producido la pandemia del Covid 19, agravó esta situación. Pero en verdad, desde hace varios periodos, los Gobiernos Departamentales no han sido prolijos en el manejo de sus recursos económicos y financieros.
Un mal manejo en cuanto a lograr un equilibrio entre ingresos y egresos; una política errática e insegura en cuanto a la disminución de la morosidad; un permanente y reiterado favorecimiento al “clientelismo político”, que aumentó en forma exagerada el rubro “0”, que individualiza al pago de salarios a los funcionarios; factores climáticos obviamente imprevistos, que obligaron a destinar recursos para reparaciones sobre todo de la vialidad urbana y rural; y un largo número de etcéteras que en su conjunto afectaron gravemente el presupuesto departamental, han creado una realidad tremendamente deficitaria.
Hoy por hoy, los gobiernos departamentales sobreviven gracias a los aportes del Gobierno Central. Que no es un aporte gracioso, valga la aclaración, sino que existe una obligación constitucional y legal, por la cual se establece la obligación del Poder Ejecutivo de remitir a los Gobiernos Departamentales determinadas sumas de dinero cuyo monto ha sido establecido legalmente, pero que, en la práctica significa en algunos casos, entre el 40% y el 60% del presupuesto de algunos departamentos. En otras palabras, muchas Intendencias sobreviven gracias a los aportes del Gobierno Central, lo que en buen romance, y aunque resulta duro, esas Intendencias desde el punto de vista económico y financiero, son inviables. Por tanto, esta situación necesariamente debe cambiar. Los apoyos financieros del Gobierno Nacional provienen del porcentaje del Presupuesto Nacional previsto en el art. 214 literal C) de la Constitución, condicionado al cumplimiento de compromisos de gestión acordados en la Comisión Sectorial de Descentralización; del Fondo de Desarrollo del Interior (FDI); del Fondo de Incentivos para la Gestión de los Municipios; del Subsidio al alumbrado público; del fondo para la Caminería Forestal; de aportes para la caminería departamental; del SUCIVE; del Impuesto al Patrimonio del sector agropecuario; de una partida para el Área Metropolitana (Montevideo y Canelones), del Impuesto a las transacciones agropecuarias, etc.
Esta realidad, ha llevado a decir a algunos, que indirectamente, estos aportes constituyen una forma de condicionar las políticas departamentales, y en consecuencia, pueden lesionar gravemente la autonomía de los gobiernos departamentales. Es cierto, pero es una eventualidad, y no una práctica generalizada. Por ahora.
La perspectiva política actualmente, nos dice que el Frente Amplio aspira a mantener la situación actual, en cambio el gobierno quiere hacer algunos cambios, que a no dudarlo, van a significar una disminución en los montos a transferir. La Oficina de Planeamiento y Presupuesto, está analizando el tema para fijar montos de las transferencias y sus condiciones. Esto es; te mando el dinero, pero contame cual es el plan de inversión. Y además, te voy a vigilar para que lo inviertas en lo que prometiste. Está claro?.