sábado 20 de abril, 2024
  • 8 am

Una irrenunciable promesa electoral

Fulvio Gutiérrez
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Fulvio Gutiérrez

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Dr. Fulvio Gutiérrez
Una auditoría es una inspección o verificación de la contabilidad de los organismos del Estado, a cargo de un auditor o grupo de auditores con el fin de comprobar si sus cuentas reflejan el patrimonio, la situación financiera y los resultados obtenidos por dichos organismos en un determinado ejercicio, así como si se han cumplido con los procedimientos administrativos que correspondan. Como la conducta del gobierno frentista no conformó al gobierno “multicolor”, el Presidente Lacalle Pou, cumpliendo con promesas electorales muy claras y explícitas, resolvió llevar a la práctica aquella promesa de realizar auditorías “a lo largo y a lo ancho de toda la administración pública”, precisando incluso que serían “en cada lugar (del Estado), sin cacerías de brujas”, porque en definitiva “tenemos que decirle a la gente como está su país después de 15 años de Frente Amplio”. Esta promesa fue respaldada por el Gral. Guido Manini Ríos, electo Senador por Cabildo Abierto, y compartida por quien fuera Subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas Pablo Ferreri, y por el Ministro de Transporte y Obras Públicas Víctor Rossi. Estos señalaron que les parecía algo totalmente legítimo y lógico, porque “es la forma de constatación a través de auditorías de que la información transmitida responde a la realidad de los hechos”.
Como las auditorías son costosas (salvo que se realicen por órganos internos, con intervención de funcionarios técnicos), y tienen que ser acotadas en el tiempo, el Presidente solicitó a sus Ministros que determinaran algunas áreas, direcciones y rubros de sus ministerios en los cuales creen pertinentes realizar auditorías. Es decir, el Presidente ordenó que las auditorías debían realizarse.
Llama la atención entonces, las declaraciones del nuevo Canciller Dr. Fernando Bustillo, que reconociendo que hay cosas a corregir en su Ministerio, agregó en forma tajante, “no venimos con el ánimo de auditar nada”. Declaraciones de este tenor, no solo se dan de patadas con la promesa electoral del Presidente Lacalle Pou, sino que están indicando que el Canciller Bustillo no comparte esa estrategia del gobierno del cual es un funcionario importante. Parece que los titulares del Ministerio de Relaciones Exteriores se han transformado en una piedra en el zapato del primer mandatario. Primero fue el Economista Ernesto Talvi, quien luego de cometer algunos errores políticos inesperados, y pretender organizar la política exterior uruguaya sin conocimiento del Presidente conferencia de prensa mediante, terminó renunciando de una forma muy poco seria, comunicando después su abandonando de toda actividad política a través de una carta pública. A Talvi lo siguió Fernando Bustillo, que pese a tener una extensa y acreditada experiencia como embajador en el mundo diplomático, termina ninguneando la orden del Presidente en cuanto a la realización de auditorías en su Ministerio, afirmando a voz de cuello, que no llegaba al gobierno “con el ánimo de auditar nada”.
Aclaremos: si Bustillo es Ministro, está claro que forma parte del equipo de gobierno, y los integrantes de los equipos, no actúan por sí y ante sí, sino que tienen que adecuar su conducta y la política de las reparticiones que les toque dirigir, y a lo que dispone ese equipo que obviamente dirige el Presidente de la República. Pero además, por principio, las promesas electorales se cumplen siempre, por lo menos en la forma como Lacalle Pou ha encarado su gobierno, reiterando la necesidad de conocer qué país dejó el Frente Amplio y en qué condiciones. Las auditorías se tienen que hacer, aunque a Bustillo no le gusten o le falte ánimo. No es un problema de gustos ni de ánimos. Es una promesa electoral, que incluso motivó que muchos ciudadanos le dieran su voto al Presidente Lacalle Pou. No cumplir promesas electorales que fueron ratificadas, no es buena cosa. El Ministro Bustillo deberá modificar su forma de pensar y su accionar en cuanto a las auditorías.