miércoles 24 de abril, 2024
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Hugo De los Santos: «Aprendí con las 2 piernas pateando contra la pared»

«Desde niño aprendí a pegarle con las dos piernas, tenía los dos perfiles. Aprendí pegándole a la pelota contra la pared, de ahí saqué esa condición de utilizar en el fútbol, que hoy en día es clave para el jugador profesional. A mí en principio me gustaba jugar en el medio, de volante por afuera y pegarle de lejos a la pelota. Después en defensa jugué como central y como lateral, tanto en derecha como en izquierda, pero la anécdota desde niño era pegarle a la pelota contra la pared y ahí empezabas a tener más ductilidad en el juego y buscar como jugador, cuando fui más grande, darle la dirección necesaria a la pelota.»
«Jugué al básquetbol y fui campeón nacional de atletismo»
«Con dieciséis años también jugué al básquetbol y practiqué atletismo en la Plaza de Deportes. Nunca fumé, ni tomé y aproveché cuando fui adolescente a dedicarme al deporte. Alcancé a salir campeón nacional en atletismo representando a Salto en Montevideo, en la pista de atletismo del Parque Batlle, en 400 metros. También jugué en la selección salteña de básquetbol, con el ‘Chumbo’ Arrestia, el ‘Pato’ San Andrea, Heber Almeida, Sergio González. Otro orgullo haber defendido a la ‘Roja de la S'».
Estados Unidos: «puedo contarle a hijos y nietos»
«Fui a jugar a Peñarol en Montevideo, más que nada en formativas, en cuarta y tercera hasta llegar a reserva. Salimos campeones en cuarta y tercera, con compañeros como Julio Losasda, el padre del ‘Ruso’ Pérez, que jugábamos de compañeros en la zaga. El golero era el ‘Chiquito’ Mazurkiewicz, el técnico de inferiores era Severino Varela, que había jugado en Boca y era un gran goleador que había tenido Peñarol. Tuve la chance de ganar varios clásicos en inferiores, cosas lindas de poder contar. En primera era Roque Gastón Máspoli el técnico. Tenía la oportunidad con la reserva ir a Los Aromos para enfentar en prácticas al primero de Peñarol; unos monstruos, yo un gurí. Máspoli me decía ‘ya te va a tocar a vos gurí’. Y alcancé a alternar en primera y ahí sale mi pase al fútbol ecuatoriano, al Deportivo Quito, donde jugué Copa Libertadores. En una llave con equipos uruguayos me tocó enfrentar a Peñarol y Nacional; ese año salimos campeones de Ecuador. En la Libertadores pasaba de todo en esa época, no había televisión y los ecuatorianos tenían poca experiencia; jugar en Argentina y Brasil no era lo mismo que jugar hoy en día con la televisación, pero fueron lindas experiencias. Después fui a jugar con varios ecuatorianos a Estados Unidos, en Atlético Guayaquil, en Chicago. A 1.800 kilometros estaba el Cosmos, donde recién había llegado Pelé. Cosas lindas de joven que hoy puedo contarle a mis hijos y nietos.»
«Perdimos los uruguayos al perder la magia»
«Hoy en día voy poco al fútbol, salvo a la liguilla o partidos de la selección, pero por lo que veo el tema pasa que hoy lo que prima es el aspecto físico, los sistemas. Se perdió la creatividad, el fútbol de imaginación que daba el campito, el potrero, donde el gurí hacía magia con la pelota, que es lo que tienen Messi o Suárez. Hoy para jugar al fútbol hay que ser atleta, por la velocidad con que se juega, se trata de darle mucho ritmo. El fútbol se hizo muy individual, con pressing desde la salida y en especial a un jugador, el más importante. Por eso se han perdido a los que sabían con la pelota. Por eso es más difícil vuelva el fútbol de antes; perdimos los uruguayos al perder la magia por el atletismo. Se favorecieron otros países que no jugaban al fútbol como nosotros, al fútbol más pensante.»