martes 16 de abril, 2024
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El puerto de la ciudad de Salto y su importancia en la conformacion de la ciudad

Nuestra ciudad nace de cara al río, frente al Río Uruguay, el cual le dio el nombre a nuestro país. La ciudad de Salto, al igual que el puerto de dicha ciudad surgen como necesidades imperiosas en un área clave del curso medio del Río Uruguay.
El puerto de Salto surge por el decreto del 1/12/1832, por el cual se crea la Receptoría de Salto, y posteriormente la Aduana.. Las oficinas de la Aduana se ubicaban en las calles Daymán (hoy Brasil) y Juan Carlos Gómez, un incendio la destruyó y se volvió a construír de forma más sólida por el español don Roses, con dinero de los vecinos y Mariano Cabal hombre rico de la época.En 1833 se sacaron a remate las receptorías pasando a la esfera privada como forma de controlar el contrabando.
Por los años 1850 el negocio era muy rentable y la ciudad crecía a la par, para ese entonces Salto había sido elevada a la categoría de ciudad por el presidente de la República, don B Berro. En 1857 se funda la primera compañía Naviera , con el nombre de “Compañía Salteña de Navegación a vapor”.
Sus primeras embarcaciones fueron “El Salto “ y “El Montevideo”., hacían cuatro viajes a Montevideo por mes. Después con la guerra de la Confederación, Urquiza que era accionista compra la flota para utilizarla en la guerra. En 1862 nace la nueva compañía Salteña de Navegación a vapor” , teniendo el mismo fin que la anterior, sus barcos fueron utilizados para guerras civiles, hasta que finalmente en 1866 de la mano de Saturnino Ribes , gran emprendedor económico de la época, quien queda con el monopolio del río. Ribes fue un visionario porque además de tener la empresa de navegación comienza a construír sus propios barcos en la ciudad. Instala sus astilleros en el actual barrio del Cerro (Baltasar Brum), empleando a una gran cantidad de personas , así fue que Salto se convirtió en referente en el litoral uruguayo por su puerto y además por la construcción de los barcos.
CRECIMIENTO ECONÓMICO
El puerto contribuyó al crecimiento económico de la ciudad. Este puerto fue puerta de entrada de muchos inmigrantes que llegaban con esperanza de tener en América una vida mejor. Muchos escapando de la hambruna y la guerra, otros por motivos religiosos. Así se formó el primer cinturón hortícola de la ciudad , con estos inmigrantes que traían la tradición del cultivo de la tierra. . Desde sus orígenes la ciudad mantiene un estrecho vínculo con el río, la actividad portuaria ha sido un eje económico para el desarrollo económico de la ciudad. No en vano la frase “anda a trabajar al puerto” ha sido referente de trabajo asegurado”.
Material proporcionado por el escribano Enrique Cesio.
Lic Patricia Laines Martínez.
Situación Actual
por Mario Sancristóbal
En los tiempos que vivimos , donde se vuelve a retomar un tema que se viene manejando desde hace mucho tiempo, y se trata nada más que del resurgimiento o de la reimplantación del uso de las vías navegables como forma de movilizar cargas a través del Río Uruguay, nos encontramos con un período de estiaje prolongado, que según se anuncia , será bastante extenso.
Y aprovechando la bajante en el nivel de las aguas pudimos recorrer, una vez más , pero ahora en una función periodística , el Puerto de Salto, lugar al que tuve que concurrir durante muchos años al tener que desarrollar allí la tarea de tripular embarcaciones que trasladaban pasajeros entre Salto y Concordia.
Sin embargo, en esta oportunidad , no se ve dentro del recinto portuario el movimiento y esplendor que tuvo en otros tiempos y no me refiero a cuando yo concurría siendo niño a pescar en su explanada frente a la dársena o al muelle propiamente dicho , cuando el río no superaba los 4,50 metros , que eran los tiempos en que muchos salteños cruzaban a Concordia en la lanchas de tráfico , quizás a comprarse los más variados objetos para uso personsal , o algún repuesto automotor que en nuestro medio no se conseguía o era muy caro , o quizás aquellos que viajaban en forma diaria y a veces dos o tres veces en el día a buscar artículos de primera necesidad que luego revendían puerta a ‘puerta , en todos los barrios de Saltro , sino a los tiempos donde el tráfico fluvial de Carga y Pasajeros era una constante y muchos salteños se trasladaban en barco desde nuestra ciudad hasta Montevideo o Buenos Aires.
Y en esos tiempos era ese lugar un sitio donde se generaba mucho trabajo zafral por ser un punto de llegada de mercaderías de todo tipo y donde “las jirafas grises” como las bautizó un poeta local , refiriéndose a las dos enormes grúas ubicadas en la parte superior del muelle , cumplían la tarea de movilizar las cargas que llegaban o salían desde el Puerto.
Y esa actividad portuaria se reflejaba además en la cantidad de personas que trabajaban de forma indirecta al tráfico fluvial como los transportistas de lo que llegaba o se iba a través del Puerto , que podían ser carros tirados por mulas o caballos y camiones de pequeño porte y a lo que hay que sumarle un movimiento comercial importante con bares , fondas , pensiones y hasta prostíbulos , ubicados en la zona de influencia del Puerto , que trabajaban brindando sus servicios a los tripulantes de los barcos que operaban en el muelle o a los estibadores que desarrollaban en el puerto su labor.
Yerba en barricas de madera , lana , cueros , tasajo y muchas mercaderías más eran embarcadas o descargadas por los estibadores.que trabajaban en el Puerto.
Tuve la suerte de conocer a varios funcionarios de la ANP que tenían cargos como “Capataz de Estiba” o “Guinchista” y que fueron quedando en el entorno del recinto portuario hasta su jubilación y además siendo testigos de una época y una actvidad que se terminaron y parece difícil vuelvan a reflotarse.
Sin embargo a pesar de no tener actividad comercial , queda la estructura , esa estructura construida en principio de madera y que fuera sustituída después por hormigón que perdura a lo largo del tiempo y que ha soportado los embates de crecidas , a lo largo de casi cien años.
Fuimos a conocer opiniones de quienes pudieron vivir esas épocas donde llegaban barcos y había aglomeración de trabajadores que participaban en la carga y descarga de mercaderías.
«Lucho» Lapeira:  50 años navegando el río
Compartimos una charla con Never Jesús Lapeira más conocido por Lucho, con quien compartimos mucho tiempo en el Puerto, tripulando lanchas de pasajeros que hacian los viajes entre Salto y Concordia.
Pero, como él tiene más años en esa actividad, estuvimos recordando los tiempos en que en el Puerto, ( década del setenta) había muchísimas lanchas trabajando y recordaba algunos nombres, entre otras nos decía la Don José, la Nínive, la Belho Horizonte , la Agraciada , la María Elena , la Mercedes , la Expreso Salto que era de su padre , la Peregrino , la Tiburón , la Leda , la Flor del Yí , la Cinco Hermanas , la vieja Don Demetrio , que fuera reformada y hecha más grande y la Volga , que era la más grande y se incendió en el Puerto de La Caballada cuando estaba prestando servicios a la empresa que construía la represa de Salto Grande y más acá en el tiempo el Arca de Noé o la HD 23.
Las lanchas de esa época tenían un equipamiento muy básico , no disponían de radio para comunicarse , las anclas tenían a veces cadenas muy cortas y sin embargo nunca hubo problemas.
En esa época no había Prefectura instalada en Salto y quien coordinaba la actividad era quien ocupaba el cargo de Receptor de Aduana a quien se le denominaba Capitán de Bahía.
Eran épocas de mucho movimiento en el Puerto recordaba Lucho , las lanchas iban y venían sin parar , se terminaba el combustible y se iba a recargar nafta a la Estación El Palacio , que aún existe en calle Artigas y Treinta y tres y se volvía a seghuir llevando gente.
Yo tuve la oportunidad de ver llegar barcazas cargadas de sal, otras veces con papas y a veces vi cargar sorgo a granel, nos decía Lucho. Se traía o sacaba mercadería del Puerto con Carros o pequeños camiones marca Citroen o Commer de no más de dos mil kilos de capacidad.
Recuerdo en la década del 70 cuando había muchísima gente que iba todos los días a Concordia algunas de las personas viajaban hasta diez veces al día para traer cebolla que vendían a compradores que estaban frente al puerto con camiones esperando que llegara esa cebolla que luego salían a vender.
Le pedimos comentara algunas anécdotas y nos comento que en una oportunidad entró a trabajar como tripulante un muchacho que venía de trabajar en la Armada , al que le apodaban “Condorito” , pero que nunca había hecho la labor de marinero , sino la de auxiliar de mecánica y por ende no tenía mucha idea de cuáles eran sus tareas.
Era muy bueno dijo sonriendo Lucho pero no tenía ni idea y andaba todo el día con termo y mate en la mano.
Recuerdo que un día estábamos embarcando pasajeros y le dije que prestara atención a los cabos de amarre cuando subían las personas y que después que subieran todos los pasajeros soltara la lancha.
Cuando ví que habían subido todos los pasajeros , comencé la maniobra para empezar el viaje y al despegarme del muelle veo a Condorito tomando mate en la planchada de embarque , había soltado los amarres de la lancha y se quedó en tierramirando como la lancha se alejaba , y le grité que estaba haciendo , no tenés pensado trabajar? Y me dijo “ ah yo no sabía que tenía que ir también con usted.” ( risas totales)
Demetrio “Paco” Sancristóbal: Una vida en el puerto
Hablar con mi padre sobre el puerto es recordar miles de anécdotas y situaciones vividas a lo largo de toda su vida. Hoy, con 92 años recuerda varias de esas experiencias de vida , como por ejemplo me dice, comencé a ir al puerto cuando era chico , a pescar con robador a la dársena sur, ahí tuve la oportunidad de sacar buenas piezas , entre ellas como a los catorce años saqué un surubí de 16 kilos.
La cuerda de ese robador me la había regalado el patrón ( así se denomina al capitán del barco) de un remolcador que se llamaba El Lobo Marino, también había otro remolcador que trabaja en la zona portuaria que se llamaba Satélite, ambos de la empresa Mihanovich.
Volviendo a mis inicios en la actividad portuaria comencé como grumete embarcando a los quince años, mi libreta de embarque estaba con la autorización de ese entonces del Consejo del Niño.
En esa época había mucho mivimiento en el Puerto, yo vi llegar a barcos como el Don José , el Presidente Berreta , el Ciudad de Salto que era de carga y pasajeros y que hacía el recorrido Salto -Montevideo , también recuerdo el Formosa y varias chatas o barzazas de unos 30 metros que tenían de dos a tres tripulantes que eran de la empresa Mihanovich y tenían nombre de las notas musicales, Do Re Mi Fa Sol .
También venía una balandra de bandera argentina que traía frutas del valle del Río Negro , traía peras , manzanas y uvas y llevaba desde acá naranjas y flores ( plantas de rosas y jazmines ), que venían de lo de Gautron y árboles de naranjo.
En la estiba trabajaban más de cien personas y durante muchos años se cargó madera que llegaba en tren hasta el puerto. Para sacar la carga del recinto portuario había fila de carros tirados por dos o tres caballos cada uno y algunos camiones de pequeño porte , recuerdo uno en especial que era un camión Ford T pintado de negro y amarillo que lo manejaba un correntino que le decían Polingo y era muy peculiar por la forma de vestirse , usaba bombacha de campo y camisa color mostaza y alpargatas, faja y gorra coloradas. Ese camión se arrancaba a manija( a magneto) y Polingo solía decir el camión “está falleba rempujen y den manija”.
Una vez a la semana viajaban el Formosa o El Ciudad de Salto con carga y pasajeros a Montevideo y era común ver trabajar mucha gente en carga y descarga de todo tipo de mercaderías. Los clientes más grandes para quienes venían más cargas eran Pedro y B. Solari , Barbieri y Leggire y El Revoltijo y también cuando se trasladaba madera para las Barracas de Salto que venía en jangadas que se dejaban en la dárseno norte y la gente que acomodaba esa madera trabajaba con el agua hasta las rodillas lavando tablas y dejándolas al costado de la dársena para secarse.
Cuando había que trasladar vigas grandes de madera se usaba lo que se llamaba el galgo que eran dos ruedas grandes de carreta con un riel de vías atravesado , se subían las vigas a ese riel con aparejos y se tiraba del galgo con un camión o incluso con caballos. Uno de los capataces de la Barraca Americana se llamaba Octavio Bigolotti.
Yo viví muchos años en calle Garay 160 ( hoy calle Dr. Albisu ) y recuerdo una época de creciente donde con mi padre , madre y hermanos vivimos todos en una lancha de la familia que se llamaba “Leda” y aún así , habiendo creciente mi padre me mandaba desde la lancha al liceo Osimani y Llerena.
Mucha gente trabajaba en la zona del Puerto , mi padre y m,is hermanos todos tuvieron lanchas , yo era niño y mi padre me daba dinero para comprar una damajuana de diez litros de nafta en un almacén de Sudaire que estaba en la esquina de Julio Delgado y Uruguay.
También había mucha gente que trabajaba en los Astilleros de Mihanovich que tenía más de ciento cincuenta empleados , ahí pude ver muchos artesanos que hacían cosas increíbles , como los que remachaban , poniendo a martillo más de 200 o 300 remaches por hora.
Le pregunté que le gustaría que pasara con el Puerto y con ojos vidriosos por la emoción me dijo , “lo que más me gustaría sería que el Puerto volviera a ser como antes , un centro de carga y transporte de pasajeros , no es por capricho , pero no se puede desperdiciar una vía de navegación como el Río y tampoco se puede perder la soberanía, la bandera uruguaya debe seguir flameando en el tráfico fluvial”
Nada más que agregar.