miércoles 24 de abril, 2024
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En la jornada mundial de los pobres

Padre Martín Ponce de León
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Padre Martín Ponce de León

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Padre Martín
Ponce De León
En diversas oportunidades uno escucha hablar de los pobres.
En diversas oportunidades he hablado de los pobres.
Quizás yo también he caído en el error que habré de comentar.
Parecería como que existe un mito sobre los pobres.
En ocasiones uno oye hablar de los pobres y, parecería, todos son buenos. En ocasiones uno oye hablar de los pobres y, parecería, todos son malos. Como si todo dependiese de la óptica con que se les mire.
Uno oye hablar de los pobres y todos son víctimas de un sistema perverso que los condena a su pobreza. Uno oye hablar de los pobres y todos se encuentran en esa situación porque así lo desean. Como si todo dependiese de la óptica con que se les mire.
En oportunidades se pone a los pobres como ejemplo de solidaridad y otros valores. En oportunidades se pone a los pobres como responsables de cuantos robos suceden. Como si todo dependiese de la óptica con que se mire.
Los pobres no son una entelequia abstracta.
Los pobres no son una realidad sin rostro.
Los pobres no son números.
En oportunidades son números puesto que todo se limita a su capacidad de ingreso.
Los pobres son a quienes hay que llevarles cosas.
Los pobres son a quienes hay que ir a ver en las condiciones en que viven.
Los pobres no son un espectáculo al que hay que ir a observar.
Los pobres no existen.
No son una realidad abstracta.
Existe tal o cual familia que vive en situación de pobreza.
Existen tales o cuales personas que viven pobremente.
Si siempre las generalizaciones son incorrectas lo mismo sucede con los pobres.
Entre ellos podemos encontrar “busca vidas” y podemos encontrar “vagos”.
Entre ellos podemos encontrar gente muy solidaria y otros tremendamente egoístas.
Entre ellos podemos encontrar seres muy humildes y otros verdaderos resentidos sociales.
Entre ellos podemos encontrar personas muy honestas y otros que están muy lejos de serlo.
Sin duda son una realidad que está allí.
Resulta muy difícil resultar indiferentes frente a su realidad.
Pero la realidad es tal persona con sus limitaciones.
La realidad es tal persona con sus carencias.
La realidad es tal familia con sus imposibilidades.
Son personas a quienes se hace necesario conocer.
Son personas que, muchísimas veces, poseen la gran carencia de ser escuchados.
Son personas que, generalmente, no son tratados como tales.
Necesario se hace darles de nuestro tiempo por más que ello pueda parecer una pérdida de tiempo.
Necesario se hace saber escuchar su realidad no para preguntarnos qué podemos llevarles sino para conocerles y comprenderles.
Necesario se hace compartirles lo que somos como ellos nos comparten lo que son.
Muchas veces consideramos que si vamos con las manos vacías no seremos bien recibidos.
Como en todos lados, podemos ser muy bien recibidos como podemos encontrarnos con una puerta que se nos cierra en la cara.
Como en todos lados, podemos ser muy bien recibidos o podemos ser atendidos, con desconfianza, a la distancia.
Sin duda que necesitan pero mucho más necesitan ser escuchados.
Mucho más necesitan saberse personas que pueden brindar un tiempo a otra persona.
Los pobres no son un mito sino seres muy concretos a quienes necesario se hace conocer.
No son una utopía sino una realidad humana que merece el respeto de un trato humano.