jueves 25 de abril, 2024
  • 8 am

Retoques

Padre Martín Ponce de León
Por

Padre Martín Ponce de León

384 opiniones

Por Martín Ponce De León.
No es un tema que entienda.
Quizás cometa algún error pero…
Este artículo no pretende ser una lección de maquillaje
El maquillaje busca ser, únicamente, un motivador de otro tema y el mismo nada tiene que ver con el maquillaje.
El maquillaje es algo que algunas personas utilizan para disimular.
Es algo que algunas personas utilizan para brindar una imagen que no condice con la realidad.
Es algo a lo que algunas personas recurren para ocultar el paso del tiempo.
Debajo del maquillaje queda la realidad que, por diversas razones, se pretende ocultar o disimular.
La realidad se mantiene pero se disimula mostrando una fachada retocada.
Es algo a lo que muchísimas veces apelamos.
Cuando debemos decir una verdad que suponemos puede ser chocante la maquillamos.
Para que no incomode tanto.
Para que la misma no tenga un efecto contraproducente.
Para que pueda ser aceptada sin mayores complicaciones.
Quizás este maquillaje sea necesario y conveniente.
En oportunidades tratamos de maquillar tanto la verdad que la misma pierde su eficacia.
Pero no me interesa hoy hablar de este maquillaje.
Quiero hablar de ese otro maquillaje que, en nosotros, puede ser sinónimo de comodidad o cobardía.
Cuando sinceramente nos encontramos con la realidad y la misma nos hace tomar conciencia que se impone la necesidad de buscar caminos nuevos debemos realizar un ejercicio de audacia.
Se pueden dar pasos equivocados y los mismos no harán otra cosa que imponernos un rehacer caminos.
En oportunidades podemos dar pasos que nos lleven a una propuesta que no tenga andamiento y sentimos que debemos asumir un fracaso.
Por ello es que preferimos realizar un maquillaje.
Mantenemos lo existente y le cambiamos el nombre.
Así no corremos riesgos y no debemos asumir un fracaso posible.
Por un lado sentimos que hemos realizado una modificación pero la misma se limita a una cuestión de nombre.
Lo que realizamos es un maquillaje.
Conservamos lo que teníamos y nos engañamos que por haber cambiado de nombre hemos realizado un cambio.
Un maquillaje que nos convence y nos deja tranquilos.
En oportunidades la realidad nos impone buscar y transitar por caminos nuevo.
Caminos que no conocemos y debemos ir descubriendo paso a paso.
Siempre nos cuesta arriesgarnos a transitar por caminos desconocidos.
Y entonces, maquillamos el camino seguro que ya tenemos y nos auto convencemos que es nuevo.
Le añadimos una reflexión, un texto o un cuaderno de actas o distribuimos cargos. Ya modificamos el camino.
Le añadimos un árbol, una nube, una flor, un lago, un cerro y ya modificamos el paisaje.
Pero la verdad es que lo único que realizamos es un maquillaje.
Muchísimas veces apelamos a este tipo de maquillajes.
Muchísimas veces nos engañamos con este tipo de operaciones.
Lo más lamentable es que frente a este comportamiento nos convencemos que hemos dado pasos sinceros.
Llegamos a no ver ya la realidad con los mismos ojos.
Ni siquiera nos damos cuenta que nos hemos limitado a un maquillaje.
Por ello es que debemos tener mucho cuidado con el apelar a tal tipo de acción.
Nos podemos limitar a la más conservadora rutina y estar convencidos de dar grandes pasos cargados de novedad.
La realidad no nos pide maquillajes sino la audacia de modificarla con propuestas nuevas.