martes 16 de abril, 2024
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Con actualidad

Padre Martín Ponce de León
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Padre Martín Ponce de León

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Por el Padre Martín Ponce De León
En una oportunidad escuché la expresión «Se animó a soñar en salesiano»
Varias veces me he preguntado sobre el sentido de dicha frase. Mañana es la fiesta de Don Bosco y dicha frase volvió a mí.
¿Qué será «soñar en salesiano»?
En primer lugar, supongo, ha de ser el acercarse a lo esencial de la propuesta de Don Bosco y la misma no pasa por una mera propuesta recreativa o educativa.
La propuesta de Don Bosco pasa por formar buenos cristianos y honrados ciudadanos brindándole, a niños y jóvenes, aquello que la sociedad no les brinda.
Ante esa inmensa propuesta es necesario vivir con mucho coraje y creatividad.
Coraje para transitar por caminos siempre novedosos.
Creatividad para estar en una constante búsqueda.
Pero para poder vivir ambas realidades necesario se hace estar muy atento a las solicitudes de la realidad.
No existe una fórmula exitosa que puede ser reiterada en todos los lugares puesto que cada lugar posee su realidad particular.
Es desde la escucha de esa realidad particular que debe buscarse una respuesta que debe nacer de los interesados y será acompañada por el que la va a cargar sobre sus hombros.
Se supone que es un camino que debe ser transitado por los interesados e involucrados pero, a su vez, debe ser acompañado por quien asume la responsabilidad de caminar con ellos.
Es, como todo lo nuestro, un proceso donde no se pueden establecer tiempos predeterminados sino que hay que, necesariamente, caminar juntos.
Es una tarea donde el centro es la persona del otro y, por lo tanto, la evaluación del trabajo no se puede realizar desde cosas visibles a primera vista.
«Lo esencial es invisible a los ojos»
La propuesta de Don Bosco continúa teniendo su total actualidad.
Cada lugar posee su carga de originalidad y desde allí es que se debe partir en la búsqueda de la formación de «buenos cristianos y honrados ciudadanos»
Buenos y honrados son dos características necesarias para quien busque llegar a ser una buena persona y, bien se sabe, existen muchos y diversos métodos para realizar tal propuesta.
La buena persona no es una fórmula a la que hay que llegar sino que es un estilo de vida que hay que asumir.
La buena persona no necesita de mucha ciencia sino de mucha vivencia. La buena persona no es un conocimiento adquirido sino que es una práctica hecha vida.
No existe mejor manera de realizar la propuesta de que ser buena persona es posible y vale la pena intentarlo si no es desde el ejemplo de vida cotidiano.
Nadie puede decir que ya ha llegado a ser una buena persona puesto que siempre habrá de encontrar realidades en las que puede y debe mejorar pero sí puede mostrar que lo intenta por sobre los errores que pueda cometer.
Ser fieles a lo de Don Bosco es, sin lugar a dudas, ser fieles a lo que Dios nos pide cotidianamente.
Quien quiere ser fiel a lo de Don Bosco debe tener una mentalidad abierta como para estar cerca de niños y jóvenes del hoy y acompañar los procesos de búsqueda de caminos que les ayuden a ser dignos como personas.
Todos los caminos pueden resultar válidos mientras no se limiten a ser la cansina reiteración de propuestas exportadas de algún otro lugar.
Debe ser un camino inmerso en las redes sociales puesto que allí están los jóvenes.
Debe ser un camino colmado de tiempo para escuchar puesto que ello es una necesidad del hoy.
Debe ser un camino pleno de informalidad puesto así es el ambiente de los jóvenes de hoy.
La propuesta de Don Bosco nos sigue invitando a gastar mucha suela de nuestros zapatos y a no conformarnos con lo logrado.
Sigue teniendo tanta actualidad que, hoy, tan vigente como siempre, nos colma de desafíos que nos impiden decirnos que ya hemos cumplido.