viernes 19 de abril, 2024
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«Hicimos historia ganando la primer liguilla del fútbol salteño»

Todo un ejemplo dentro y fuera de la cancha, desde niño vivió el fútbol a plenitud, con el ejemplo desde su casa. Sergio González, parte de una generación de jovenes de barrio, que llegaron al primero de River y obtuvieron una época de oro, nunca más vista.
«Mi primer regalo fue una pelota, viviendo en pleno barrio La Estrella, donde nací, en calles Lavalleja y Andrés Latorre. Como a cada varón me regalaron una pelota y una camiseta de un cuadro de fútbol también, por eso cuando tuve uso de razón empecé a jugar a la pelota en la calle. Mi padre en ese entonces jugaba de zaguero en River y también en la selección de Salto, en un triángulo final muy reconocido en la historia del fútbol salteño porque eran los tres de River, él, Esteban ‘Coco’ González, que jugaba de ‘3’, el ‘2’ era Raúl Rodríguez y el golero Torena. Fue por años el triángulo final de River y de la selección. Mi padre terminaba los partidos y se llevaba la camiseta ‘3’ para que mi mamá, María Elena Vetey, la lavara, la colgara en el alambre en el fondo y todos los vecinos que pasaban por ahí, saludaban la camiseta del ídolo de ellos, porque en el barrio todos eran hinchas de River».
«Recuerdo en mi niñez, frente al corralón municipal había un campito que estaba bien limpito, al lado del arroyo. Ahí hacíamos los famosos picados, donde se aprendía mucho. Al continuar por Lavalleja antes la calle terminaba en lo que es el arroyo Ceibal, antes le decíamos Paso Zorrino; lo cruzábamos y estaba la cancha de River, que hoy se conoce como la de Dublín, y ahí también se armaban grandes partidos, sin dejar de lado los que jugábamos en la calle por Lavalleja entre Latorre y Vilardebó. Antes se podía jugar, a veces alguien nos decía ‘mirá, anda el policía de ronda’ y nos escondíamos. Uno de los policías que hacía recorridas era Zarfino, un gran jugador de Nacional de Salto, que después jugó mucho en Montevideo. Un día aparece de golpe en la esquina, una vecina nos avisa y paramos de jugar, nos quedamos sentados en la vereda y él llega en fente a nosotros y dice ‘pueden seguir jugando, no pasa nada’. También en la escuela Nº1 se armaban picados en los recreos. Hoy también se perdieron los campeonatos escolares, que nos acompañaba un maestro. Recuerdo la escuela ‘9’ del Ceibal tenía terribles equipos, u otras escuelas de barrio formaban buenos equipos. Cosas hermosas que se perdieron, y de donde salieron grandes jugadores, porque en esa época no había baby fútbol».
LA ÉPOCA GLORIOSA DE RIVER
«Todavía conservo el original de mi inscripción en la Liga Salteña de Fútbol con 11 años. Desde ahí empecé a acompañar a River en la cuarta siendo suplente y de a poco a jugar minutos hasta ser titular, siempre jugando de zaguero de ‘3’, el puesto de mi padre. A los 14 años diría me afirmé como zaguero, en cuarta, tercera y reserva, jugábamos y practicábamos en la cancha abierta de River. Tuve varios técnicos en inferiores, como Julio Díaz, ayudantes de primera, eran jugadores que estaban al frente de las inferiores. En primera debuté con 15 años ante Almagro en viejo Julio Pozzi, terminamos 1 a 1, un detalle».
«Tuve la oportunidad de estar en la época gloriosa de River, porque hay que decir una cosa, que el club en esa oportunidad le dio chance a los jóvenes del club, entre los que estaba yo, Sagradini, Pedro y Tabaré Quiñónes, un ciclo que formó Raúl Rodríguez. Hay que decir que en el 71′ nos tocó descender a la ‘B’ pero con ese equipo salimos campeones en el 72′, ascendimos a primera, en el 73′ hicimos un gran campeonato y salimos terceros en el Salteño. Después sí, vino Basilicio Da Silva, un estudioso del fútbol en aquella época, y salimos campeones salteños en primera división. En el 75′ empatamos 1 a 1 con Dublín en nuestra cancha y Deportivo ganó y salió campeón salteño. En el 76′ ganamos el campeonato de forma adelantada, en un buen año de Salto Nuevo. En el 77′ perdimos con Ferro luego de tres finales. Acá quiero hacer una salvedad, que la gente se acuerda sólo del campeón, pero ese año teníamos un gran equipo. En el 78′ ya dirigidos por Jorge Díaz volvimos a ganar el campeonato, hicimos historia porque ganamos la primera liguilla del fútbol salteño. Al año siguiente dirigidos por Raúl Banfi perdimos la liguilla con Ferro, que Finozzi hace esos dos goles en el final cuando estábamos ganando 1-0, y ahí empezó a terminar un ciclo histórico para River, del cual tuve el honor de ser parte. Además en aquella época se jugaban los campeonatos Preparación y recuerdo que River ganó muchos años seguidos».
«En la selección jugué pocas veces, porque en esos meses estaban las definiciones del básquetbol, que también me gusta y tenía que elegir, pero jugué en selecciones dirigidas por el ‘Macho’ Alfieri. De zaguero con Juan Manuel López nos entendíamos muy bien. En mis tiempos era un orgullo jugar aquellos viejos litorales, que quedaron en el recuerdo. En la preparación jugábamos amistosos con equipos de Montevideo, con Peñarol, Nacional y varios equipos profesionales. Fue otra rica experiencia. Enfrente tuve a mi tío Pedro González que atajaba en Liverpool, éramos muy compinches, como lo es hoy mi hijo Sebastián con mi nieto. Él era suplente de Torena, no iba a ser nunca titular, jugó un año en Salto Uruguay y después pasó al fútbol capitalino. De las cosas lindas que me dejó el fútbol, además de grandes amigos, caso Finozzi, tanto cuando ganamos o cuando perdimos, el saludarse, el reconocimiento al ganador, un valor que hoy se ha perdido un poco».