jueves 18 de abril, 2024
  • 8 am

“Las crisis sirven para reinventarse y lograr concretar los objetivos”

Por Melisa Ferradini
Alejandra es Abogada y Escribana. Nació el 26 de diciembre de 1967. Su niñez la vivió en el Barrio Cien Manzanas junto a sus padres; Héctor y Zully y su hermano Mario. Luego se trasladó al centro, lugar donde reside actualmente. Estudió la primaria en la Escuela Nº 4 y la secundaria en el Liceo Nº1 IPOLL. Realizó sus carreras universitarias en la Udelar (Regional Norte) donde obtuvo ambos títulos. Hace 29 años que está casada con el Dr. César Signorelli. Tiene 2 hijos; Gastón (26) Abogado y Agustina (21) estudiante de Psicopedagogía.
En esta entrevista la profesional nos cuenta sus comienzos laborales, como es compartir el espacio de trabajo con su esposo e hijo y su dedicación diaria.
-¿Por qué eligió estudiar abogacía?
-En realidad, creo que desde que tengo memoria, quise ser Abogada. A esta altura no dudo en que fue una elección sin duda alguna, plenamente consciente. Recuerdo que esa “perspectiva de futuro” fue acompañada obviamente por mis padres, hermano, abuelos…en fin, por la familia. Pero también debo y quiero recordar dos figuras importantes que siempre fueron incondicionales no solo con su apoyo sino también con su compañía en momentos difíciles de mi vida. Básicamente en la época de la dictadura cuando mi padre fue encarcelado por ser dirigente sindical. Ahí ya estaba en etapa liceal y por aquellos tiempos un tío paterno (Alberto) y un tío abuelo materno (Nelson), coincidentemente ambos maestros, fueron quienes me mantenían en alerta constante en cuanto al conocimiento. Recuerdo que en vacaciones por ejemplo teníamos una dinámica de lectura casi que diaria. En fin, todo sumó. Cuando culminé la etapa liceal no me generó dudas que lo que quería hacer era la carrera de Abogacía. Y agradezco haberla podido hacer en Salto. Con los años (en el 2010) llegó el momento de complementar la profesión de abogada con otra carrera, volví a la Regional Norte y así pude cursar y culminar la carrera de Escribanía.
-¿Cómo recuerda sus primeros años de profesión?
-Los recuerdo con mucha nostalgia y alegría a la vez. Primariamente porque me recibí en el año 1994 (en el mes de setiembre) y a los 15 días nació nuestro primer hijo Gastón. Fue una mezcla de sensaciones y sentimientos entre cumplir mi rol primario de madre y a la vez encausarme en el ejercicio de la profesión. Si bien en lo profesional, en aquella época, ya estábamos incorporados en el Estudio de otro colega (con quien comencé trabajando como secretaria) los roles cambiaron. Pero como todo proyecto (sea de vida o profesional) fue complejo y dinámico a la vez. Con los años, concretamente en el mes de julio de 2002 (en plena crisis), conjuntamente con mi esposo nos trasladamos al lugar físico en que hoy estamos. A desarrollar nuestra actividad profesional, pero en ese momento, estando al frente del mismo. El reto fue tremendo, pues a la crisis, se sumaban obviamente las preocupaciones familiares (los hijos eran chicos todavía) y emprender lo profesional en una crisis fue verdaderamente desafiante. Hoy con el tiempo y mirando la situación en perspectiva, no hay arrepentimiento en la decisión tomada. Más bien la crisis y las necesidades propias, fueron el motor para desarrollarnos y crecer. Creo, firmemente que las crisis sirven para reciclarse, para reinventarse y lograr concretar los objetivos con trabajo, dedicación y mucha energía.
-¿Qué satisfacciones le da su trabajo?
-La principal satisfacción es poder vivir de mi trabajo. Sería tremendamente frustrante desarrollar una tarea que no le aporte nada a tu vida. Que cada día de tu vida te sientes en tu escritorio y encares el trabajo con alegría y responsabilidad, es francamente gratificante. El sacrificio y el esfuerzo han sido el motor en todos estos años. Y eso trae sus recompensas, no solo en lo profesional, sino también en lo personal y esto se vincula directamente a lo que podemos volcar y brindar a los hijos en términos de valores de vida, lo que entiendo básico, para desarrollarse como persona.
¿Qué habilidades tiene para ejercer su actividad laboral?
-Bueno, creo que en buena parte, cada uno tiene sus habilidades o su impronta. En el aspecto profesional, sin ánimo de regodearme de eso, he aprendido a escuchar al cliente y luego de posicionarme y conectarme con el planteamiento, con la técnica que más me siento cómoda. Brindar o lograr una solución sin que intervenga todo el andamiaje judicial. Esto es, si el problema planteado logro desarrollarlo y solucionarlo fuera del Juzgado, me genera una satisfacción tremenda. Esta habilidad o modalidad de trabajo me genera una gran tranquilidad. Y esta habilidad parecería que no va con la esencia o lo que implica ser Abogado-Escribano. En fin es una perspectiva que tiene la gente en general, pero reitero, es la que más me hace sentir cómoda.
¿Cómo es trabajar en familia, junto a su esposo e hijo?
-Trabajar en familia es desafiante cada día, lo que no equivale a decir que no lo disfrute. Cada uno con su carácter y perspectiva no solo de la vida, sino de la profesión pero al fin de cuentas, las diferencias bien entendidas, son las qué llevan a que puedas desarrollarte y emprender tu día a día en forma gratificante. Si bien comenzamos con mi esposo a desarrollarnos en lo profesional, hace ya dos años que se ha incorporado al Estudio Jurídico, nuestro hijo. Otra generación, con su perspectiva, su mirada y modalidad de trabajo y modo de vida absolutamente diferentes. Nuestro hijo hubo de incorporarse a un andamiaje en marcha con todas las exigencias que ello implica. Los primeros tiempos fueron de adaptación y luego pasamos a la etapa de la aceptación recíproca. Lo bueno de todo esto es que el tiempo es sabio y no solo ha servido para fortalecer vínculos, sino que nuestro hijo vino también ha enseñarnos a ver las cosas desde otra mirada. Pertenece a una generación donde por ejemplo la tecnología juega un rol distintivo sin dudas y eso -entre otras muchas cosas- fue un desafío al que tuvimos que afrontar, aprender y al día de hoy debo agradecer ese plus que nuestro hijo vino a inyectar a nuestro trabajo. No quiero dejar de mencionar a nuestra hija Agustina. Si bien se está formando en otra área (estudia Psicopedagogía), fuera de eso, su apoyo y su manera de ser y entender la vida nos reconforta como padres.
-¿Qué consejo le daría a un joven para comenzar a ejercer su profesión con confianza?
-Creo que dar consejos sería muy inapropiado e irreverente de mi parte. La vida misma te va encausando y las necesidades propias te llevan a generar y emprender cosas. Si puedo dar una opinión a partir de mi experiencia de vida. En nuestra profesión es como ineludible e inevitable seguir estudiando, actualizarte sea con cursos de maestría o pos grado, en meras charlas de temas puntuales, coloquios o inclusive el intercambio de opiniones e información con colegas, etc. El Derecho está en permanente transformación, cambios y actualización y como profesionales estamos obligados a acompañar esos cambios. Otro tema no menor, es el compromiso con el cliente, debe ser asumido y respetado, porque al fin de cuentas nuestro trabajo surge a partir del cliente y es por ese cliente/es, que debemos, como profesionales, brindarle el mejor asesoramiento y servicio técnico. En definitiva la formación a través de diferentes medios se incorpora inevitablemente a nuestra profesión. Por otro lado creo que la multicitada pandemia, en tanto momento visagra en la vida de todos y en lo que nos atañe, ha generado nuevas oportunidades y también dificultades, lo que nos ha obligado a enforcarnos en el cambio. Y justamente uno de esos cambios, vino por el lado de la actualización y formación profesional.
– En este momento,¿cuáles son las necesidades más importantes de su carrera en nuestro país?
-Entiendo que en este momento, en el que se han verificado muchos cambios, además en forma vertiginosa, en las orientaciones del Derecho y en el propio funcionamiento de la Justicia, lo que se está precisando son mayores niveles de especialización, no únicamente de los abogados, sino de todos los operadores del Derecho.
La otra cuestión que percibo está demandando el ejercicio del Derecho, es mayor aplicación de alternativas y herramientas digitales, que faciliten y agilicen los procesos, además de dotarlos de mayor certeza de resultado.
-¿Qué le gusta realizar en su tiempo libre?
-Básicamente aprovecho para hacer cosas que aporten algo positivo a mi vida. No es que el trabajo no aporte nada. Pero en los momentos libres los destino a hacer actividades que me oxigenen y me produzcan bienestar. Esto es: realizo mucho ejercicio (caminatas, entrenamiento funcional, pilates). Me he volcado a las actividades alternativas que aporten equilibrio y energía positiva a mi vida como lo es el yoga y reiki.. Comparto tiempo y me conecto con personas que puntualmente conozco en las actividades que desarrollo. Cuando estoy en casa puedo dedicarme a la jardinería o a pintar algo, o sencillamente no hago nada. También disfruto de la soledad (bien entendida) para conectarme conmigo misma y autoanalizarme. La soledad, suele ser buena compañera en este viaje que es la vida. En fin… las pequeñas cosas son las que al final de cuentas han contribuído a lo que soy, sea básicamente como persona, madre, hija, esposa, profesional, amiga…