jueves 28 de marzo, 2024
  • 8 am

Sobre el 8 de marzo

Gisela Caram
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Gisela Caram

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Ps. Gisela Caram*
Cada 8M se conmemora el Día Internacional de la Mujer.
Varios episodios llevaron a que este día fuera elegido por la ONU.
El incendio en una fábrica de camisas en Nueva York en 1911, donde murieron más de 140 mujeres; este episodio generó repercusiones en Europa, haciendo que las mujeres empezaran a proclamarse buscando igualdad de derechos.
Más allá de los Derechos alcanzados hasta hoy, queda mucho por andar.
Ya en 2021, siguen sucediendo explotaciones de mujeres, y no hablo del trabajo mal remunerado, sino de la explotación sexual y comercial, la Operación Don Quijote, destapa una red con esos fines, hace aproximadamente dos semanas; mujeres que eran llevadas de Uruguay a España; el rapto de las 312 niñas etíopes para ser vendidas como esclavas. A esto se suma la situación de las menores en Etiopía, donde 15 millones de niñas al año son desposadas, y muchas entre 10 y 11 años de edad.
Hay innumerables situaciones de este tipo en todo el mundo, aún en el “primer mundo”.
Estas situaciones donde los Derechos Humanos son violados y la violencia de género es moneda corriente, nos cuesta comprender cómo puede seguir existiendo semejante barbarie.
Seguramente estas niñas, adolescentes y mujeres que caen en estas situaciones, son vulneradas desde sus necesidades básicas, de auto-conservación.
La sumisión, parte de la educación recibida por madres o tutoras con pensamientos reduccionistas, ligados a creencias limitantes, donde no existe el cuestionamiento del pensamiento del otro.
La identidad de mujer se va construyendo en el tiempo, y no es solo el género lo que hace a una mujer, sino su integridad y compromiso, su ética…
Durante años se ligó “ser mujer” a su estado civil, al SER CON OTRO. Ser “la señora de..”, aún hoy hay mujeres que firman “fulana de tal, de mengano”…
Lo cual nos lleva a entender esa sensación de desvalorización que sienten muchas mujeres al estar solas.
A veces, el armado instantáneo de una nueva pareja, para seguir siendo “la mujer de…” tiene que ver con la necesidad de “no dejar de ser”, no admitir e invisibilizar ese lugar de “sola”.
Esas inseguridades femeninas, ya sea por mandatos familiares, religiosos, ideológicos, ubican a las mujeres en lugar de sumisión y dependencia.
La libertad de ser, es un permanente trabajo, sobre las espaldas de las mujeres, que crecimos con pensamientos y mandatos deterministas.
El siglo XX, fue atravesado por muchas creencias limitantes en las niñas y adolescentes, muchos tabúes, que hoy grupos de mujeres visibilizan en sus conductas sociales bien diferentes, y donde el “…hay que casarse y tener hijos”, “hay que complacer al hombre”“…hay que. . .”. . .”hay que. . .” y un sinfín de cómo se debería ser para “SER”, no es tenido en cuenta. Se enfocan en ver “QUÉ QUIEREN REALMENTE”.
El mandato cultural, social y familiar, azotaba y aún azota, la conciencia de algunas mujeres.
La identidad de una mujer pasa por su integridad. Su autonomía. Su fortaleza interior. Su capacidad para valorarse y elegir desde su corazón. Sin prejuicios ni mandatos de otra época. En ser coherente entre lo que piensa y hace.
El transitar con serenidad por la soledad, es un camino escabroso para muchas mujeres con “hambre de vínculo”.
En el IDEAL de la satisfacción plena, está la ilusión que la pareja puede satisfacer y dar la sensación de completud. La elección de pareja, debería hacerse no para completar sino para sumar a la vida, y ser un disfrute de dos. Tampoco es bueno para un hombre, que se lo ubique, en un lugar de proveedor de satisfacción plena. Porque también será un lugar IMPOSIBLE de sostener.
Quizás el desarrollar otros aspectos de la vida de cada una, como hacen las nuevas generaciones, que se toman su tiempo para lo intelectual, social, laboral.
Hay mujeres que piensan antes de elegir el armado de una familia y deciden o no tener hijos. Quizás por los cambios socio-culturales que atravesamos o quizás por una necesidad de autonomía…
Al haber transitado en familias de origen, con madres que padecieron el patriarcado, la sumisión, la dependencia emocional, quizás es una de las causas de los cambios profundos en las mujeres.
*Psicoterapeuta, Especialista en Vínculos.