martes 23 de abril, 2024
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Wall Street a la uruguaya

Estudio Signorelli & Altamiranda
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Ec. Joaquín Forrisi
Estudio Signorelli & Altamiranda
Uruguay tiene un déficit importante en cuanto al desarrollo del mercado financiero de crédito bancario y, particularmente, del mercado valores, lo que es conocido en la jerga popular cómo la bolsa.
El marcado bancario uruguayo se caracteriza por tener niveles de depósitos del entorno del 50% del PBI, lo que es similar al de otros países comparables a Uruguay en cuanto al desarrollo, pero el mercado de créditos bancarios de solo el 27% sobre el PBI.
El cuanto, al mercado de valores, la bolsa, es aún más pequeña en Uruguay respecto a países de desarrollo económico similar. El mercado de renta fija, que son títulos de deuda empresarial o pública subnacional, ha tenido un importante desarrollo desde hace algunos años apalancado en las Afaps.
Claro ejemplo de la evolución del mercado de renta fija en Uruguay es el fideicomiso Daymán de la Intendencia de Salto. Mediante este instrumento la intendencia se endeudó a 15 años para pagar fideicomisos anteriores, refinanciar parte de su comercial y adquirir maquinaria. Para asegurar el repago a los inversionistas, en el contrato la Intendencia cede la cobranza descentralizada, inclusive de SUCIVE.
En tanto el mercado de acciones es prácticamente inexistente, lo que responde factores de oferta, las empresas no están interesadas en emitir acciones, y de demanda, la aversión al riesgo de la población hace pensar que invertir en acciones es siempre riesgoso. Esto es un prejuicio cultural, la mayor parte del tiempo el mercado de acciones es estable y presenta ventajas sobre las inversiones reales, cómo la liquidez de los fondos y la posibilidad de diversificar rápidamente.
Un mercado de acceso a la inversión y al crédito es condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo de la economía. Encontrar mecanismos de financiamiento para nuevos proyectos permite a las empresas expandir sus operaciones de la misma forma que son un nuevo vehículo de inversión para inversores institucionales e individuales. Estas nuevas alternativas permiten diversificar el portafolio y obtener mejores rendimientos en comparación al riesgo que en su ausencia.
El subdesarrollo del mercado es un asunto “hiper diagnosticado” y de comenzar a tomar acciones concretas, existe consenso entre algunos practicantes del mercado de que son las empresas públicas y sus subsidiarias las que podrían comenzar a cotizar parte de su capital y que esto generaría un efecto derrame que permitirá el arribo de nuevas emisiones.
El Gobierno relanzó este mes la Comisión de Promoción del Mercado de Valores (CPMV), con un nuevo presidente con vasta experiencia en la materia cómo Alberto Estrada. Esta comisión se creó en 2009 pero tuvo poco impacto real y se espera que ahora, con un liderazgo más claro, pueda obtener resultados más concretos.
Para la concreción de resultados existen determinantes macroeconómicos e institucionales indispensables de corregir, cómo bajar la inflación y disminuir los costos asociados a las emisiones, sin embargo, la coordinación de actores microeconómicos, empresas locales, agentes de bolsa e inversores minoristas, son imprescindibles para el éxito de la comisión.