miércoles 24 de abril, 2024
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Covid: pandemia detuvo proceso de reducción sostenida en consumo de tabaco en todo el país

En Uruguay hay 500.000 consumidores de tabaco y mueren cerca de 6.500 personas por año como consecuencia del tabaquismo, enfermedad crónica consecuente del consumo de tabaco. Estas cifras colocan al país en el tercio superior en el ranking de prevalencia del consumo de tabaco en adultos en la región de las Américas. Entre los fumadores, el riesgo de enfermedad grave y muerte por covid-19 se incrementa hasta en un 50%, por lo que dejar de fumar es lo mejor que pueden hacer los fumadores para reducir el riesgo. Este lunes se conmemora el Día Mundial sin Tabaco, que apunta a difundir las consecuencias negativas sobre la salud, tanto a nivel pulmonar como en el desarrollo infantil.
CESACIÓN DE TABAQUISMO
En Salto funcionan Policlínicas que trabajan en torno a las personas que desean dejar de fumar. Una de ellas en la mutualista local (Centro Médico) y la otra en la Unidad Básica Asistencial N° 8 en Barrio Malvasio. Grupos que han trabajado con una muy buena respuesta y resultados en torno a la adicción.
El trabajo que se venía desarrollando era muy bueno, pero la situación de emergencia sanitaria obligó a interrumpir las reuniones y las estrategias que se implementan, lo que llevó a que no se atendieran como se pretenden las acciones pertinentes a favorecer el abandono de la adicción. Se presume que la situación de encierro, soledad, aislamiento y sobre todo ansiedad que provoca el virus, ha llevado a que muchas personas que estaban en proceso de abandono del cigarrillo, volvieran a la adicción.
TABAQUIMSO Y COVID
Inhalar humo de tabaco deteriora los mecanismos de defensa del aparato respiratorio y produce inflamación de la vía aérea, alteraciones que facilitan la adquisición de infecciones respiratorias bacterianas o virales.
Las personas que fuman no solo presentan mayor incidencia, sino también peor evolución y formas más graves de infecciones respiratorias como influenza, neumonías o tuberculosis.
La evidencia acumulada durante la evolución de la pandemia ha demostrado que, además de las alteraciones mencionadas, las células pulmonares de los fumadores son especialmente susceptibles a infectarse por el virus SARS-CoV-2, lo que repercute en una doble probabilidad de cursar la enfermedad de forma más grave.