viernes 19 de abril, 2024
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“El hombre es un animal político”

Juan Carlos Ambrosoni
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Juan Carlos Ambrosoni

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Por Juan Carlos Ambrosoni
Muchas veces, o en alguna que otra ocasión, hemos escuchado esta famosa frase del célebre Aristóteles, fundador del pensamiento filosófico occidental. Dicha oración emana en la mayoría de los casos cuando el tema en cuestión proviene de la política y la filosofía. Pero no basta solo con decirla, sino entenderla. Su contexto es de la antigua Grecia, para ser precisos entre los 400 y 300 años antes de Cristo. Lo fantástico es que a pesar de la modernización humana en todas sus ramas, la locución sigue estando presente hoy día a lo largo y ancho del mundo, sin discriminación de principios, ideologías o religiones.
¿Por qué el hombre es un “zoon politikon”? Aristóteles planteaba desde un enfoque de la biología antigua que los individuos pertenecemos a los animales. Lejos de considerarnos a manera de esencias especiales por la hipotética conexión con la divinidad, creía que conformamos meramente una categoría más dentro de las especies. Lo primordial en la teoría es que somos mamíferos que hablamos. El filósofo consideraba que la humanidad pertenecía a la especie de animales sociales (abejas u hormigas, por ejemplo), reflexionaba que quienes conviven con sus semejantes se brindan mutua ayuda para convivir y sobrevivir, como la raza humana. Pero lo que hace a la disparidad fundamentalmente con los demás animales es el lenguaje, lo que él llamaba “Logos”, este nos construye especialmente ya que nos permite razonar, diferenciar lo bueno de lo malo, discernir, tomar conciencia de las cosas y básicamente expresarnos a través de la palabra. La razón en tal sentido, motiva a los hombres a buscar lo justo, lo virtuoso y lo afable, su fin es indagar y encontrar la felicidad. Las expresiones que tenemos los sujetos comunes y corrientes nos diferencia de los salvajes, porque estos últimos carecen de logos, solamente emiten sonidos. En cambio, las personas podemos pensar y manifestar ideas complejas. Por lo que el habla, el expresar, es lo que logra una desemejanza abismal adentro del reino entre nosotros los seres humanos y nuestros bestiales semejantes.
Alrededor de la tesis aristotélica cabe la pregunta ¿lenguaje para qué? Definida está la importancia del logos, pero su aplicación en la cotidianidad de la polis (ciudad) es lo que hace y fundamenta de su sentido. El griego formulaba en su teoría que la amistad es la fuerza de la sociedad y surge entre los ciudadanos que son libres e iguales. Estas dos características eran fundamentales para la comunidad que el concibió, por lo que la libertad e igualdad permitía la interacción fluida y razonada en medio de los pares para lograr consensos importantes en torno a temas cruciales que hacían de la vida pública y su coexistencia como la justicia, virtud y la verdad.
A modo de conclusión podemos decir y responder que el ser humano es un animal político porque tiene logos, estamos dotados de inteligencia y a la misma la conseguimos expresar mediante el lenguaje, por lo que se nos será posible dialogar y resolver conflictos en sociedad.