jueves 28 de marzo, 2024
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La influencia de Don Saturnino Ribes, en el armado del vapor oriental “Solís” en 1865

Colaboración de Cary de los Santos
El día 19 de febrero de 1865 fueron electos por la Asamblea General de Accionistas, para dirigir los destinos de la “Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor”, los siguientes miembros: Don José María Guerra (Presidente), Don Cándido Blanco (Secretario), Don Saturnino Ribes (Tesorero), Don Pastor Texo, Don Joaquín Castro, Don Silvestre Lacaze, Don Federico Berro y Don José Vidiella. El Directorio asumió el día 21 de febrero de 1865, encontrándose sin representante en Montevideo, consideraron de vital importancia y como primera medida: facultar a los agentes de la “Sociedad Salteña de Navegación” en la capital -“Miguel Álvarez y hermano”, como agentes de la compañía en la capital del país y facultarlos, para aquellos casos extraordinarios que se presentaran y especialmente en aquellas situaciones que por falta de agua en el Río Uruguay, no pudiera subir y llegar el vapor hasta el Salto Oriental, teniendo por tal razón, que navegar entre Montevideo y Buenos Aires. Los hermanos Álvarez, quedaron autorizados para dirigir los asuntos de la compañía, debiendo además, dar las órdenes al “Capitán Pedro Flores” del vapor “Río de la Plata”.
ANTECEDENTES DE LOS VAPORES
El vapor “Río de la Plata” había sido construido en los Astilleros de “J. y G. Thomson” de Escocia, siendo por orden de construcción y llegada, el tercer buque de la “Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor”. El primero fue el vapor “Mississippi”, construido en Norteamérica; el segundo fue el vapor “Villa del Salto” construido en los Astilleros de “J. y G. Thompson”. Frente a la pérdida del vapor “Villa del Salto”, la compañía quedó momentáneamente debilitada para brindar los servicios en toda la carrera del Río Uruguay. El Directorio, tratando de evitar alguna dificultad en los servicios fluviales o que se presentara algún otro factor, como la bajante del río, que podía agravar aún más su situación, inmediatamente decidió, mandar a construir otro vapor en Inglaterra.
SEGUNDO VAPOR
Para la construcción del segundo vapor “Villa del Salto”, el Directorio negoció con el Banco de Londres y Río de la Plata un crédito de 13.000 libras, bajo las mismas condiciones que había conseguido el anterior Directorio, para la construcción de los vapores “Río de la Plata” y “Solís”. Su denominación fue en honor al segundo vapor que contó la compañía, de idéntico nombre: “Villa del Salto”, pero en este caso, denominado así, en honor a la progresista “Villa del Salto”. El inglés -“Tomás Elseé”- primer maquinista del vapor “Río de la Plata”, fue comisionado a Glasgow por el Directorio, llevando -planos e instrucciones – para tratar la construcción del nuevo “Villa del Salto”, embarcándose el 15 de julio de 1865, para cumplir su cometido. Al llegar a su destino, de todas las propuestas solicitadas a los constructores navales más acreditados, se decidió por la propuesta de menor valor presentada por los constructores “J. y G. Thompson”, quedando reducida a contrato por la suma de 14.500 libras.
PROPUESTAS DE ARMADO DEL VAPOR “SOLÍS”
Los integrantes del “Directorio” mientras esperaban los materiales del vapor “Solís”, realizaron un llamado en la Ciudad del Salto Oriental, Montevideo y Buenos Aires, para el armamento del buque. Luego de un exhaustivo examen de las propuestas presentadas, se eligió la del vecino del Salto, don “Enrique Hardy”, argumentándose las siguientes razones: “…Preferimos la de D. Henrique Hardi establecido en esta ciudad, aunque un poco más elevada que las otras, teniendo en consideración que siendo el armamento en Salto, quedaba más a la vista del directorio para zanjar las dificultades imprevistas que pudieran surgir. Reducida á contrato aquella propuesta garantida por el Sr. Saturnino Ribes, se le mandó á poner en posesión de los materiales del Solís al contratista…”
ANÁLISIS DE LA “MEMORIA” DE LA “NUEVA COMPAÑÍA SALTEÑA DE NAVEGACIÓN”
Si nos detenemos analizar el extracto de la “Memoria”, observaremos:
-1 La “poderosa influencia” que ejercía el hábil y especulador “Saturnino Ribes”, frente al resto de los integrantes del “Directorio”, para lograr que la propuesta más cara, fuera la aceptada.
-2 Al salir de garantía del escocés “Enrique Hardy”, se ganaría la confianza del mecánico naval, que luego sería uno de los pilares de sus “Mensagerías Fluviales” y de los mejores mecánicos de la región. Posteriormente el astuto armador vasco-francés Saturnino Ribes, apoyado en Enrique Hardy y el Ing. Naval -Tomás Elseé- fundaría las “Mensagerías Fluviales a Vapor” asegurándose el éxito y estableciendo su slogan comercial y distintivo de su compañía: “Res non Verba”, hechos no palabras.
-3 “…Se le mandó a poner en posesión de los materiales del Solís al contratista…” En esta frase, claramente interpretamos: se le ordenó a Don Enrique Hardy levantar el material para el armado del vapor “Solís”, por qué la “Nueva Compañía de Navegación a Vapor”, no contaba con astilleros propios, debiéndose haber armado en los “Talleres de los Hermanos Hardy”, que poseían en el Salto Oriental.
VIAJE DE PRUEBA DEL VAPOR ORIENTAL “SOLÍS”
El 1 de noviembre de 1865 el diario montevideano “El Siglo”, sobre el Río Uruguay, anunciaba: “Sigue creciendo notablemente este río. Llegaron al Salto, procedentes de la Uruguayana los vapores Unión, Tamandaré y Era”. Sin embargo, el “Directorio” de la “Nueva Compañía Salteña a Vapor” aprovechando la subida del río y aunque aún no estaba terminados los trabajos de las cámaras del vapor “Solís”, decidió prender los fuegos de las calderas y realizar un viaje de prueba de su maquinaría y de su andar, llegando inclusive a superar a otros vapores: “Daymán” y “Almirante”, que habían iniciado el viaje desde la ciudad de Salto hasta Constitución y viceversa, dejando muy conforme a su capitán y comitiva a bordo del valiente “Solís”, por su buen rendimiento y especialmente al regreso, empleándose la mitad de tiempo, y favorecidos por la corriente, aunque con un pampero fuerte por la proa, su capitán calculó la velocidad del buque en 22 a 25 millas por horas. Sin embargo, a pesar de los buenos resultados en su viaje de prueba, el vapor “Solís” no quedó concluido por prestar auxilios al vapor paquete “Río de la Plata”, que por falta de agua en el Río Uruguay, no podía llegar hasta el Salto Oriental. Los “Directivos” en la “Memoria”, así lo expresaban: “…Hubiéramos deseado, el dejar nuestra administración, que el vapor Solís estuviera concluido, pero causas ajenas a nuestra voluntad nos privan de esa satisfacción”.