viernes 29 de marzo, 2024
  • 8 am

La identidad del padre

Gisela Caram
Por

Gisela Caram

71 opiniones

Ps. Gisela Caram*
Pareciera que este año, el Día del Padre, estuvo más movido que el pasado año.
Asistimos a nuevos formatos, estereotipos, ideales, de la paternidad.
Es imposible decir qué está bien, o mal, de quienes asumen su función.
Si es importante visibilizar la importancia de la cercanía, la presencia, la afectividad de un padre a su hijo.
No es solamente decir “soy padre”, hay que serlo.
Padres que viven con una sensibilidad especial el crecimiento y educación de sus hijos, padres que están, conviven y es como si no estuvieran. Padres presentes, protagonistas y otros que están ausentes u abandonan su función.
Padres que se asumen así a partir de una orden judicial.
El comportamiento paterno es variado(al igual que la maternidad), y las consecuencias en la vida de los hijos, también son múltiples.
Voy a describir algunas formas frecuentes en los comportamientos paternos.
1.- El hombre que asume su paternidad y acompaña su hijo en el desarrollo, en la educación, en el diálogo, en el juego. Que ve a su hijo como otro diferente a cómo fue él como hijo, que puede ubicarlo en su relación con la madre, y no sentirlo como un rival, que le saca tiempo con su mujer. Este prototipo de padre que acompaña al hijo en sus diferentes etapas, y que funciona como ley, es decir con afecto y poniendo límites con firmeza.
2.- El padre que no convive con su hijo, y como el tiempo es poco, tiende a que ese momento sea de esparcimiento, por tanto, educar y poner límites es casi nulo. A veces esto ocurre por los escasos tiempos que se comparten. Otras veces, porque al haber sido quien tomó la decisión de irse de su casa, siente culpa. Esto no hace más que confundir y desdibujar la función paterna, ya que delega toda la parentalidad en la madre.
Hay padres que aman y no demuestran, padres que disfrutan el crecimiento y la educación de sus hijos, que la viven con una sensibilidad especial.
Otros que están, conviven y es como si no estuvieran.
El por qué es muy variado. Las causas del comportamiento paterno son múltiples y las consecuencias en la vida de los hijos, también son múltiples.
Los tiempos han ido cambiando. El comportamiento entre padres e hijos también. Porque los varones han ido cambiando.
La forma de relacionarse, sea cercana o lejana, afectuosa, sensible, fría, violenta, desamorada, rechazante, bloqueada, va haciendo en los hijos una marca tan importante como la de sus madres.
El apego de los padres a sus hijos puede ser fuerte y seguro, como inseguro o desorganizado.
Sería interesante que los hombres pudieran cuestionarse su lugar como padres.
Qué dan cómo padres.
Qué les piden los hijos.
¿Miran a sus hijos?
¿Los reconocen como personas diferentes a sí mismos?
¿Los aceptan cómo son?
El reconocerse desde una identidad paterna, da identidad al hijo como tal, como persona, como un sujeto de deseo. Querido, cuidado.
Aceptar, cuidar, estar, amar y velar por la seguridad y la vida de su hijo, da cierta estabilidad necesaria para un desarrollo sano.
Es verdad que puede no haberse planificado la paternidad, pero sí, se debería asumir la responsabilidad de la identidad del hijo, de darle un nombre, de mirarlo…
Cada padre hace lo que puede, de acuerdo a su historia, a sus posibilidades afectivas.
Lo importante es que pueda “notar”, que lo hace. Y lo hace por el vínculo, por lo importante que es para su hijo…y que la foto que después suba a las redes sea real, y no solo una “imagen”…
*Especialista en Vínculos