Por Joaquín Forrisi
Para el Estudio
Signorelli&Altamiranda
La pasada semana el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) presentó las pautas para la novena ronda de Consejos de Salarios, cuando la luz al final del túnel en términos de recuperación de actividad comienza a aparecer, pero aún el empleo no se recupera y el salario real ha caído.
En términos de salario real desde que comenzó la pandemia en marzo 2021, la caída fue de 3,1%
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que la tasa de empleo bajó mayo con respecto a abril y el desempleo se incrementó, de hecho, hay unos 39.000 empleados menos que en marzo 2020 y unas 76.000 en seguro de paro en alguna de sus variantes (47.000 en seguro de paro total). Esto se suma a un mercado laboral que ya venía seriamente afectado, puesto que entre 2014 y 2019 se produjeron la pérdida de aproximadamente 55.000 puestos de trabajo.
Salto es un Departamento con un problema estructural de empleo y particularmente afectado por la pandemia. El desempleo ha sido entre 2% y 4% más alto en el departamento que en el resto del país, el sub empelo un 6% más alto y la tasa de informalidad entre 12% y 15% más alta que el promedio país, lo que muestra un mercado laboral significativamente más débil. Respecto a los efectos de la pandemia en el mercado laboral departamental, en el mes de mayo había 2.800 personas beneficiarias del seguro de desempleo, mientras que en abril 2021 la cantidad de beneficiarios ascendía a 6.260.
Frente a este escenario el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social presentó la pauta para los Consejos de Salarios (comisiones tripartitas, integradas por delegados del gobierno, y de las organizaciones representativas de empleadores y trabajadores). Esta estipula que aquellos sectores menos afectados por la pandemia tengan un acuerdo por dos años con ajustes semestrales, mientras que los más afectados un acuerdo de un año.
En el caso de los sectores menos afectados, la pauta discrimina entre empresas de diverso porte, introduciendo una variable que resulta novedosa. Para las empresas pequeñas, medianas y grandes el incremento semestral real propuesto es de 1,6% en 2 años, esto es un incremento real de aproximadamente 0,8% anual. Para las microempresas la pauta propone que a lo largo de los 2 años se de la recuperación del salario perdida en el período de pandemia.
En tanto, para los sectores más afectados por la pandemia, que son aquellos que tuvieron 100% de exoneración de aportes jubilatorios patronales según el artículo 2 de la Ley 19.942, se propone un acuerdo por un año con un incremento de 3% nominal en enero 2022, sin ajuste en julio 2021. Sobre este ajuste de índole nominal, si se tiene como base que la ley de presupuesto del Gobierno estipula una inflación de 6,9% en 2021 y 5,8% para 2022, la pérdida de salario real será próxima al 3%.
Este trato diferencial entre empresas de diverso tipo podría ser el inicio de una segmentación de las negociaciones salariales para realidades empresariales más homogéneas y adicionalmente tal vez iniciar un proceso de regionalización de la negociación colectiva.
La propuesta salarial del Gobierno apuesta a una mejora en el empleo en detrimento del salario, esperando a que la inflación se mantenga dentro de lo presupuestado, de forma de no deteriorar el salario real de los trabajadores con ajustes nominales.
