viernes 19 de abril, 2024
  • 8 am

Destacada experiencia en la cárcel de Salto permitió elaborar una huerta con cosecha de frutas y verduras

Por Karina De Mattos.
La reinserción social debería ser la finalidad en las cárceles, las condiciones de los privados de libertad deben ser potenciadas para un futuro desarrollo social activo. Educar en agricultura es una habilidad para la autosuficiencia. En la Unidad N°20 del INR, la cárcel de Salto, se desarrollan talleres que han dado frutos, y diversas producciones. La Ingeniera Agrónoma, Verónica Baldassini, en diálogo con CAMBIO comentó detalles del trabajo.
-¿Cómo surge el taller para privados de libertad?
-La solicitud vino de ellos, ya cuentan con determinados talleres de formación para la reinserción. Solicitaron la Descentralización de la Intendencia, que es donde yo trabajo. Hace aproximadamente un año y medio que comenzamos a trabajar. La idea es ir y ayudarlos en lo que tiene que ver con el cuidado de una huerta. Cuentan con un espacio bastante importante y realizan el trabajo con una operadora carcelaria que le encanta la huerta. Es la responsable de taller. Nosotros empezamos a trabajar en hacer capacitaciones. Vamos a trabajar, plantamos, llevamos semillas y cada tanto los volvemos a visitar. Últimamente la pandemia ha frenado nuestros encuentros. La idea fue mejorar el trabajo en la huerta que ya venían haciendo.
-¿Que han plantado?
-En función de lo que se pueda ir plantando ellos lo van haciendo con la operadora. Nosotros vamos cada tanto para ver cómo va todo. Nos comunicamos si aparece un problema y vemos como mejorar. Han producido mucho zapallito de tronco, lechuga es impresionante la cantidad que han producido, acelga, remolacha, arvejas, cebollas, perejil. Hace poco les llevamos semillas de frutillas para que puedan plantar. Han incorporado a su dieta estos productos y esto también les ha ayudado a mejorar su alimentación.
-¿Qué satisfacciones deja este trabajo?
-La idea es dejarles un aprendizaje que a ellos el día de mañana les pueda servir para una inserción laboral o tener una huerta en la casa que puede ser una salida laboral o para alimentar a su familia. La operadora Daisy Tabarez concurre a algunos talleres en las huertas comunitarias de la ciudad o cuando nos visita gente de la red de semillas. Se ha conformado un trabajo a través del cual se han cosechado semillas de lechuga. Y las lechugas que están sembradas ahora son con semillas producidas por ellos. Eso es valorable. Muchos de los que sembraron esas semillas ya no están, quizás ya cuentan con huerta en su casa. Han modificados sus espacios, un lugar triangular que estaba en un mal estado lo han arreglado y lo que lograron hacer es algo espectacular. Un espacio diferente donde plantaron aromáticas y decoraron con palets de colores, con sus respectivos nombres, tomillo, albahaca, perejil y orégano. Todo el manejo que se realiza es orgánico. Nada de agroquímicos.
¿Planean algún proyecto futuro?
-Teníamos pensado realizar un taller de preparados caseros. Con hojas de ruda, con datos de temas de plagas para que puedan saber que utilizar cuando vayan a aparecer. Hacer biofertilizantes. No se ve el cambio de un día para otro pero es bueno de a poquito seguir avanzando.