martes 23 de abril, 2024
  • 8 am

De musicalizar en Salto pasé a recorrer casi todo el país hasta llegar a trabajar en Estados Unidos

Por Mario Sancristóbal
Muchas veces se escucha “la juventud está perdida” y esa generalización no nos parece correcta porque hay muchos jóvenes que tienen un gran presente y un promisorio futuro en muchas tareas. CAMBIO dialogó con Bruno Ferrari, que hace tiempo que trabaja en el país y el exterior musicalizando fiestas y eventos para consultarlo a qué edad nace esta vocación, quiénes fueron sus referentes y en qué lugares ha estado de visita o realizando trabajos. “De niño con unos 11 años me gustaba no solo ejecutar música, sino, poder mezclar sonidos y manejar las luces sin conocer nada del tema porque era muy chico. Comencé armando equipos caseros y grabando en cassettes desde la radio porque el disco compacto en ese tiempo era muy caro. Ya con 12 años hacía algunas reuniones con amigos pasando música y cobré mi primer trabajo musicalizando a los 13. Comenzó como hobby y hoy es mi profesión que por suerte me permite tener equipamiento para realizar dos fiestas grandes en simultáneo”, comenzó relatando Ferrari.
SU EXPERIENCIA FUERA DEL PAÍS
“Mis referentes en Salto de la vieja escuela son varios, Juan Osorio -con quién comencé a trabajar-, Miguel Iriarte, Cesar Cesio y Néstor Racedo, que además son amigos y de los cuales aprendí mucho. Por suerte pude seguir con esta pasión y tuve la oportunidad junto a Martín Panizza hace un par de años de ir a Ibiza y ver la movida nocturna del verano europeo además desde hace tiempo que viajo bastante seguido a Miami y Nueva York donde fui hace poco a presentarme a un sello discográfico para ver cómo puedo iniciarme en el tema de la producción musical y sacar algunos temas”, señaló. “He trabajado por suerte en muchos lugares del país, como en la disco del Conrad de Punta del Este -que para mí es el mejor lugar del Uruguay en cuanto a equipamiento y ambientación- también fui como invitado a Lotus en Montevideo y en el exterior he trabajado en Miami y Nueva York. Por suerte pude visitar discos enormes como Pachá en Ibiza que es enorme o Space en Miami que es de renombre mundial y tiene 3 sectores con capacidad para 3 mil personas cada uno. Esos lugares son enormes pero en cuanto a calidad lo mejor que pude disfrutar fue un pub con capacidad para unas 100 personas en Amsterdan en Holanda, porque fue como entrar en una cápsula del tiempo y disfrutar desde la decoración a la música con vinilos en una selección musical que hacía que todo fuera perfecto
SU ANÉCDOTA CON LA CANTANTE ANITTA
Le pedimos si recuerda alguna anécdota y nos comentó “Hace un par de años estaba contratado en el Conrad y en horas del atardecer se ambienta con música suave porque la gente se arrima a disfrutar la caída del sol, entonces se pone bossa nova y música tranquila para acompañar ese momento. Se acercan 4 jóvenes brasileñas muy bien producidas y me piden si tenía el último tema de Anitta, -una cantante brasileña muy exitosa- y si lo podía pasar. Les dije que tenía la canción que querían pero que no tenía permiso para cambiar el estilo de música. Se fueron riendo y dijeron que después venían y aparecen a la media hora a pedirme lo mismo y de nuevo les digo que no puedo pasar esa canción y nuevamente se fueron a las risas. Al ratito viene uno de los encargados del hotel y me dice “te pidieron recién la canción de Anitta y no la pasaste ¿No te diste cuenta quién te la pidió?” Era Anitta. Me quería morir. Miro la carátula del disco y efectivamente era la cantante que estaba de vacaciones en Punta del Este con unas amigas y se hospedaba en el Conrad”.