jueves 28 de marzo, 2024
  • 8 am

Carga impositiva

César Suárez
Por

César Suárez

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Por el Dr. César Suárez
Cada palabra emitida es un sonido, pero va adquiriendo un significado especial y cada vez que se emite o se escucha y suele generar diferentes emociones de acuerdo a la historia de cada uno y de los conceptos que encierra.
He escuchado incesantemente denostar la palabra “impuesto” como si fuera un término demoníaco dirigido a quitarnos lo que nos pertenece a la vez que se reclama que el Estado se haga cargo en forma efectiva de las responsabilidades que le competen (Seguridad, educación colectiva, salud pública, construcción de puente, caminos y estructuras colectivas, de vigilar las fronteras, de la seguridad social) entre otras obligaciones.
En una sociedad civilizada con una organización democrática, debidamente culturizada, que respeta a ultranza la libertad responsable, el Estado debe propender por todos los medios posibles de equilibrar las oportunidades y para ello, cada Estado necesita imperiosamente de recursos económicos, y como el Estado somos todos, cada ciudadano, inevitablemente tendremos que contribuir, en la medida de capacidad de cada quien, a financiar la necesidades colectivas que obviamente son diferentes en función de las capacidades personales de cada individuo y de cada conjunto, y esa herramienta se llama impuesto
Las oportunidades personales son una compleja combinación entre, los bienes de familia, la salud personal, la inteligencia, el esfuerzo, la dotación física, las habilidades, la educación, la edad, las circunstancias sociales, las condiciones regionales y globales y una fracción de suerte de acuerdo a como se combinen las diferentes realidades y cada uno le toca lo que le toca.
Como dice el refrán popular, la alegría va por barrios, pero los males también y cada integrante de la sociedad suele creer, que merece más de lo que le toca, tanto los desvalidos como los privilegiados y un Estado inteligente debe buscar por todos los medios de reequilibrar los tantos y la ley le debe dar herramientas al Estado para que la contribución a su funcionamiento sea equitativa a disponibilidad de cada individuo o de cada sector, simplemente por el hecho, de que el Estado alberga en su territorio al que le va muy bien, al que le va más o menos y al que le va muy mal
Sin embargo, he escuchado en innumerables oportunidades a personas exitosas, alardear acerca de su éxito personal, expresando que todo lo logrado lo han obtenido solos, sin ayuda y que no le deben nada a nadie y que cada cosa que han hecho le pertenece en su totalidad y que, si los demás tiene alguna clase de problema que se arreglen solos, como se arreglan ellos para progresar, sin darse o no quererse dar cuenta, que inevitablemente, cualquier resultado que cualquiera tenga, depende inexorablemente de los demás.
Si alguien tiene algo para vender, inevitablemente, su éxito dependerá de que haya alguien que esté dispuesto a comprar, si alguien tiene una habilidad, dependen de que otras personas lo convoque para contratar su servicio, si alguien tiene algo para decir, dependerá de alguien que lo quiera escuchar, si alguien tiene algo para mostrar, dependerá de otros que quieran mirar, si alguien tiene algo para enseñar, dependerá de que haya alguien que quiera aprender.
Qué sería de un jugador de fútbol muy habilidoso si el fútbol no existiera, seguramente, sería uno más del montón, pero como existe, inevitablemente necesita del fanatismo de los demás.
Nadie se podría enriquecer vendiendo heladeras en el polo norte, ni vendiendo estufas en el desierto de Sahara, sembrando en el desierto, ni poniendo una tienda en un pueblo fantasma, siempre el éxito de cualquier emprendimiento depende de la demanda, necesariamente, siempre dependemos de otros que aprecien lo que tenemos para ofrecer, en cada lugar, siempre habrá oportunidades, pero inevitablemente dependerán de personas ajenas a nosotros mismos que demandan de lo que tiene para ofrecer.
Así como los padres se tiene que hacer cargo se sus hijos pequeños porque ellos no están condiciones de generar recursos, el Estado, así como le ofrece a los exitosos un ámbito para su éxito, le tiene que ofrecer amparo al desvalido, incluyendo al que no tiene oportunidades, al que no tiene capacidad ni física ni intelectual y eso sólo se logra con recursos, y los recursos del Estado surge de su recaudación y su recaudación, depende los impuestos que inevitablemente tienen que tener proporcionalidad a la situación de cada uno, quien tiene una situación holgada debe contribuir proporcionalmente.
El Estado tiene la responsabilidad del adecuado uso de lo que dispone, pero no puede renunciar jamás a una racional y proporcionada recaudación en función de la capacidad económica de sus ciudadanos para cumplir con sus sagrados cometidos.