sábado 20 de abril, 2024
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Historia de la Campana del vapor «Río Paraná» y del «Teatro Larrañaga».

Animando con su noble metal y sonido.
En «La Revista del Bicentenario» de Salto, sobre la campana de bronce que perteneciera al vapor «Río Paraná», y que hoy, aún  se encuentra en el Teatro Larrañaga, dice: «Hermanó dos tradiciones. De trabajo, la una; de arte, la otra. Y pudo ser un símbolo del Salto del siglo pasado (se refiere al Siglo XIX), que aspiró a conformar su personalidad en la dualidad clásica de ciencia y espíritu.
Donada por D. Saturnino Ribes, el francés aparentemente frío y reconcentrado de «Las Mensajerías Fluviales», al Teatro Larrañaga, allí permaneció, varias décadas, animando con su noble metal las jornadas del coliseo.
Marcó los entreactos de las veladas de nuestros abuelos, en un ambiente de crinolinas y chisteras, e interrumpió la tertulias de pasillo y los dulces coloquios a la vera de los palcos, con una voz que fué preciso asordinar porque estaba hecha para las cósmicas resonancias del río…».
El nuevo  vapor «Río Paraná»
A finales de octubre  de 1865 el Río Uruguay, seguía creciendo y en el primer día de noviembre, la prensa anunciaba que habían llegado al Salto Oriental, procedentes de la Uruguayana los vapores: “Unión”, “Tamandaré” y “Era”.   Otra noticia que se difundió en esos días, era que  el día 25 de octubre había salido de Río de Janeiro, el hermoso vapor mandado a construir en Inglaterra por el    “Capitán David Bruce”, para la navegación del Río Paraná y que llevaría como nombre la del caudaloso río argentino. Algunos  montevideanos el día lunes 31  de octubre,  desde el puerto habían visto pasar al vapor “Río Paraná”.   Luego por la prensa se supo,  que el nuevo vapor empleó solamente 7 horas  en llegar a Buenos Aires, y que luego,  en el Tigre se limpiaría y acondicionaría su casco para iniciar su primer viaje a Montevideo.   En los avisos comerciales, se anunciaba:  que  saldría desde Buenos Aires para Montevideo,  a las 9 horas de la mañana del día sábado 9 de noviembre, llegando a las 4 de la tarde del mismo día. Sin embargo, el día lunes 12 de noviembre de 1865, saldría por primera vez para el Salto Oriental, tocando Buenos Aires, Nueva Palmira, Mercedes, Fray – Bentos, Gualeguaychú, Roman, Concepción, Paysandú y Concordia.
Comodidades del
vapor «Río Paraná».
El diario montevideano “El Siglo” del día 31 de octubre de 1865, detallaba las características y comodidades del nuevo vapor  “Río Paraná”:
“…El Río Paraná tiene un gran salón sobre cubierta, dividido en cuartos de 4 camas con puertas a un pasadizo que esta en el centro. En la parte central del salón hay una cámara para señoras lujosamente decorada, con sofáes, piano, etc.
La cámara baja esta dividida de popa á proa con bastantes camarotes bien ventilados, sus adornos y pinturas son excelentes.
Un salón sobre cubierta a proa sirve de comedor; tiene dos mesas con suficientes sofáes, una á cada lado. La cámara de 2ª  clase queda debajo; es cómoda y dispuesta como la del Río de la Plata. La toldilla es igual á la de este vapor…”
Cambio de nombre, de agente y empresa.
El lujoso paquete inglés «Río Paraná», había sido construído en el año 1865, como bien figura  en relieve:  su denominación y año de construcción, sobre la famosa campana del buque.  Sin embargo, aunque el conocido y afamado «Capitán David Bruce», lo había mandado a construir para la «Compañía de Navegación a Vapor del Plata», posteriormente, en 1868 cambiaría su denominación de «Río Paraná»  y comenzaría a llamarse  «Río Negro», estableciéndose en la Carrera Montevideo – Buenos Aires y puertos intermedios del Río Uruguay hasta Salto, a partir del 24 de febrero, de ese mismo año.  La Agencia de Vapores de «Miguel Álvarez y Hno.», establecida en la calle Zabala Nro. 40 en Montevideo, tenía la representación de los principales buques de la «Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor»: vapor Río de la Plata, vapor Río Uruguay, vapor Río Negro y vapor Villa del Salto.
Pérdidas económicas a causa del vapor «Río Negro».
El día 30 de julio de 1869 el Directorio de la «Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor», en una «Circular», entre otras causas manifiestan las pérdidas económicas provocadas por el naufragio del vapor «Río Negro»:  «…Debemos manifestar á Vd. q’ por efecto de lo esplicado arriba, no fuimos relevados del puesto que por un año se nos había confiado, con arreglo á los Estatutos; y es por eso, y por no dejar en acefalía la dirección de la Empresa que continuamos en nuestros puestos.
Aunque como queda dicho, no hallamos oportuno repartir una memoria que había sido hecha para una época determinada, le incluimos el Balance Semestral de la Compañía, al que llamamos la atención de Vd. para fijarla en que, aún con la pérdida del «Río Negro», que estaba avaluado  por $ 93,945.69 cts. y por la mala época porque hemos pasado, él no presenta mas que un perjuicio de $ 38, 870.20 cts….».   En ese mismo día, el «Directorio» de la compañía había presentado un «Balance», y como parte del activo, figuraban todos los vapores de  la     «Nueva Salteña», en el siguiente orden: «Villa del Salto», «Río de la Plata», «Chaná», «Guarany», «Norma», «Río Uruguay», «Guazú» y «Concordia», figurando  la flota con un valor de 438, 183.88 pesos.
La campana en manos de Saturnino Ribes.
Luego de haber demostrado que la campana pertenecía a un buque de la «Compañía de Navegación a Vapor del Plata», podemos afirmar con seguridad lo siguiente: el vapor «Río Paraná» nunca perteneció  a la flotilla de vapores de Saturnino Ribes. Sin embargo, es lógico  pensar:  cuando el vapor pasó a integrar la flota de la «Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor», era necesario reacondicionarlo, pintarlo   y cambiarle la primitiva campana de bronce,  por otra con su nueva denominación de «Río Negro». Sin embargo, en 1868  Saturnino Ribes había levantado su primitivo astillero en el Pueblo Nuevo (primero en instalarse en Salto), siendo muy probable que los trabajos de remodelación del vapor y fabricación de la nueva campana se hayan hecho allí, quedándose Ribes, con la campana del Río Paraná de 1865.