viernes 19 de abril, 2024
  • 8 am

Un camino de adviento

Padre Martín Ponce de León
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Padre Martín Ponce de León

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Por el Padre Martín Ponce De León
Debo reconocer que no soy muy afecto a “la corona del adviento”
Tal vez tenga mucho sentido pero……
Soy más inclinado a compartir con la comunidad un camino que nos conduzca a la Navidad.
Un camino donde todo nos lleve a concluir en el encuentro con el amor de Dios que irrumpe en nuestra historia en cada Navidad.
Será un camino que comienza con la realidad de nuestros sueños.
Sueños pequeños para las cosas grandes de nuestra vida y sueños grandes para las realidades pequeñas que hacen a lo nuestro.
Sueños que pasan por un mundo mejor y transitan por más fraternidad en nuestras relaciones cotidianas.
Sueños de justa justicia en el trato entre los humanos y de aceptación y respeto ante la realidad de cada uno.
Sueños plenos de ideales y sueños que, con empeño, pueden ser realidad.
Todos tenemos sueños y con ellos caminamos este tiempo que nos conduce al mayor de los posibles y su realidad de ternura y cercanía.
De esos sueños hay algunos que no están a nuestro alcance por más que son nuestros.
Son esos sueños que nos trascienden y superan todas nuestras posibilidades.
Podemos soñar con un mundo en paz pero, bien lo sabemos, no podemos ir más allá de construir paz en nuestro entorno, por más que ello sea un trozo muy pequeño de ese mundo que deseamos pacífico.
Por ello es que debemos concretar nuestros sueños en deseos que nos comprometan a transitar con un compromiso concreto.
Porque sueño con un mundo en paz deseo transformar mi realidad familiar en un lugar de mayor paz y para ello deseo ser más paciente o más tolerante.
Voy poniendo un ejemplo simplemente para visibilizar lo que intento proponer y no logro explicarlo muy bien. Cada uno deberá, en la propuesta a la comunidad, concretizar desde su situación personal.
Sueños, deseos. Los dos primeros pasos de un camino de trabajo e involucramiento personal.
Deberemos concretizar mucho más esta realidad puesto que nuestros deseos pueden quedarse en una simple intención y, por lo tanto, deberemos proponernos situaciones reales donde poder concretar nuestros empeños.
Sigamos con nuestro ejemplo. Porque quiero un mundo donde impere le paz debo, en mi familia, ser un mayor constructor de paz y, por ello, a la hora del almuerzo seré más tolerante y respetuoso dejando de lado situaciones que conduzcan a enfrentamientos o discusiones sin sentido.
Debe ser una situación bien concreta para no malgastar esfuerzos y tener algún logro, en la medida de posibilidades ciertas.
Sueños, deseos y situaciones. Tres pasos para ayudarnos a vivir Navidad.
El paso definitivo será de encuentro con esa realidad que nos hemos propuesto.
Navidad siempre es un encuentro.
Encuentro de Dios con los hombres. Encuentro de los hombres con los otros. Encuentro de los otros con los que nos necesitan. Encuentro que dice de cercanía, dignidad y mano tendida. Encuentro para escuchar, conocer y atender.
Encuentro con una realidad distinta con la que soñamos, deseamos y vivimos para revertir aprendiendo porque conociendo.
Encuentro que nos permite saber que tenemos algo que aprender.
Encuentro que nos permite establecer un nexo de fraternidad porque escuchando aunque no logremos comprender plenamente.
Navidad es ese encuentro pleno con un Dios que se hace niño pequeño para dignificar al hombre en cuanto persona.
Por ello es que me propongo encontrarme con una persona bien concreta, de mi entorno familiar, con tolerancia, respeto y paciencia para que crezca entre ambos un algo de paz.