jueves 25 de abril, 2024
  • 8 am

Querer y amar

Gisela Caram
Por

Gisela Caram

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Ps. Gisela Caram*
El amor es un sentimiento que tiene diferentes formas de manifestarse, de expresarse, y se siente, sin saber exactamente qué pasó, cómo fue. . .
Cuantas veces, las personas se encuentran diciéndose, “no sé qué me pasó…de repente no puedo dejar de pensar en el/ella”
Se da, una mezcla de emociones, y todos los sentidos abiertos a eso nuevo e inesperado.
Esos amores que nacen de repente, son enamoramientos, que pueden ir avanzando en el tiempo y construirse en amor, o se terminan cuando en poco tiempo se apaga por alguna desilusión.
Eso puede pasar en cualquier momento de la vida, más en la juventud, donde hay más idealización e ilusiones.
Hay amores más o menos profundos y más o menos superficiales.
Amores pasajeros y amores eternos.
Pasa por las personas, por los encuentros, por los momentos de cada uno cuando se da el encuentro.
A veces, las personas se encuentran en momentos que no son los más propicios, saliendo de otra relación, o estando dentro de una pareja estable.
Es posible amar a dos personas a la vez?
Mucha gente quiere a dos personas. Algunos se lo llevan a la tumba, otros le dan rienda suelta. Depende de cada uno.
Sostener esto es lo difícil. Puede que se quiera a una persona y se desee a otra.
Es amor verdadero, ese que se reparte?
Habría que describir qué es el amor verdadero.
¿Podemos decir que es el amor? si nos apuran un poco, es un sentimiento, pero cómo lo siente cada persona es bien diferente.
Algunos puede que sientan cariño, ternura, costumbre, necesidad, dependencia, apego por un lado, y por otro lado, un amor apasionado por otra persona.
Es decir, puede estar el amor por un lado, el deseo por otro y por otro la necesidad, la dependencia o la historia compartida.
No olvidemos que el amor y el deseo no son lo mismo. Como tampoco es lo mismo el sentimiento de amor(que encierra ternura, cuidado, deseo por el otro), que dependencia, o apego, que es una cuestión bien diferente.
Tengamos en cuenta que en las parejas, se dan muchas paradojas. Y una, es ésta.
Elegir, elegirse cada día
A los 20 años, se elige desde un lugar, muchas veces desde el romanticismo y la pasión.
A los 30, con otra maduración afectiva, se supone. A veces pesa el tema de género, para las mujeres que quieren tener hijos, el reloj biológico influye, y no eligen, se apuran…
Los varones están más tranquilos en cuanto a cronología y fertilidad.
Hay relaciones que funcionan desde un lugar más racional, o más fríamente pensadas, o que están “materializadas”, se pueden sostener porque el afecto es menor o no existe más, o nunca existió. Entonces, no pesa desde los afectos, sino desde los acuerdos y pactos que se estipularon al comienzo y se sostienen como sea.
Después de los50,60 años, hay otras formas de encarar la vida en lo afectivo.
Hay quienes vienen por la segunda o tercera vuelta y quienes están cómodos con su pareja de muchos años. Y ésta da cuenta de cómo cada vínculo es único y singular.
Se elige diferente en la madurez?
Hay quienes se confunden y no eligen, nunca eligieron.
Otros, van dándose cuenta que solo se quieren a sí mismos, no pueden amar a nadie.
Otros, siguen sin cuestionarse qué les pasa.
Hay quienes en determinado momento de su vida, por miedo o dificultades en enfrentar el estar solos, eligen lo conocido. Se manejan con eso de que “más vale malo conocido que bueno por conocer…”
El poder conjugar los sentimientos y sentirse pleno con su vida afectiva es un trabajo cotidiano.
No existe la plenitud total como tampoco el hombre o la mujer ideal. Se trata de elegir o elegirse todos los días, y hacer cosas para sentirse elegido/a.
Como también se trata de que ambas partes, cuiden lo que se va armando, o re-armando.
Lo importante es una buena calidad de vida afectiva. Ni manotear ni padecer ni repetir los errores.
Elegir estar con alguien, para disfrutar juntos…
Estar bien. Sabiéndose bien querid@… Bien cuidad@…
*Psicoterapeuta Vincular