viernes 29 de marzo, 2024
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¿Qué puede hacer la economía por el cambio climático?

Estudio Signorelli & Altamiranda
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Estudio Signorelli & Altamiranda

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Ec. Joaquín Forrisi
Para Estudio Signorelli&Altamiranda
La sostenibilidad de los ecosistemas es un tópico de preocupación para todos los países del mundo.
El “día de sobregiro de la tierra”, que es un indicador que marca la fecha en que la demanda de recursos ecológicos de la humanidad en un año determinado excede lo que la tierra puede regenerar en ese año, se ha deteriorado año a año.
Hacia 1970 el consumo de biocapacidad en términos anuales estaba en el 29 de diciembre, esto implica que la humanidad consumía la capacidad de regeneración ecológica en el año en esa fecha. Para 2021 el “día de sobregiro de la tierra” fue el 29 de julio, esto implica que durante 155 días hemos consumido recursos naturales que no se han regenerado.
Uruguay tiene una posición mucho más saludable, el “día de sobregiro de la tierra” para el país es el 6 de noviembre por lo que consumimos a crédito 55 días al año.
Ahora, ¿qué puede hacer la economía? Los efectos adversos sobre el ambiente están asociados a las formas en las que se produce y consume actualmente. Para migrar hacia métodos de producción menos nocivos con el ecosistema, sin entrar en conflictos improductivos, requiere de una combinación de zanahoria -incentivos- y garrote -castigo- al sector productivo además de incentivar a la población en sus preferencias por organizaciones, bienes y servicios que sean amigables con el medio ambiente.
Uruguay tuvo una política marcada de incentivos hacia la producción de energías renovables, cómo lo son la eólica y fotovoltaica. Esto se fundamentó principalmente en dos aspectos: el ambiental y el económico. El primero parece más evidente, el segundo radica en la instalación de capacidades nacionales de generación de energía eléctrica, ya hasta hace poco más de una década la principal fuente de energía eran la hidroeléctrica en donde ante eventos de sequía se requería utilizar la Central Batlle, con fuente térmica, en donde los principales insumos son derivados del petróleo, por lo que el abastecimiento y el costo eran factores de preocupación.
El Gobierno otorgó zanahorias muy apetecibles para que el sector privado dinamice la generación de energías renovables. Se organizó un marco regulatorio estable, se generaron mecanismos de comercialización con contratos a largo plazo, se incentivó la micro generación a partir de incentivos fiscales a las empresas y se estructuraron financiamientos para proyectos de todas las escalas.
Este es un claro ejemplo de cómo la política pública puede dinamizar determinados sectores de actividad si se dan las condiciones necesarias. Sectores cómo la revalorización de residuos, economía circular, producción agroecológica y movilidad eléctrica entre otros, son estratégicos.
Diseñar herramientas de políticas públicas que permitan mejorar la competitividad de este tipo sectores y estructurar financiamiento adecuado generará oportunidades laborales y atraerá inversiones que combinan dinamismo económico con sostenibilidad ambiental.