martes 23 de abril, 2024
  • 8 am

Se han perdido 1.500 hectáreas de arroz en el norte del país

La falta de precipitaciones y el alto nivel de evapotranspiración en el norte del país ha determinado que el sector arrocero también sea afectado por menores rendimientos y muchas chacras y el abandono de algunas debido a la falta de agua en las represas.
Entre los departamentos de Salto y Artigas se sembraron 27.000 hectáreas, lo que para un año de «La Niña» era un augurió de altos rendimientos, sin embargo la intensidad del efecto generado por el fenómeno climático ha determinado que de las 3.000 a 3.500 hectáreas comprometidas, cerca de 1.500 ya se encuentren pérdidas, dado que las lluvias no han sido todo lo que se esperaba por parte del sector.
Si bien se estima que 3.000 a 3.500 hectáreas se encuentren comprometidas con una posible falta de agua al cierre del cultivo, la realidad es que en su gran mayoría las chacras han tenido un riego fuera de lo normal, por lo que los rendimientos finales pueden ser inferiores a los esperados.
Esta situación es el resultado de este período de ausencia de precipitaciones, pero además de una demanda un 25% superior de agua, debído también a la secuencia de altas temperaturas que se registraron en la región.
A pesar de la problemática en el norte del país, al sur del Río Negro la situación es diferente, dado que las lluvias llegaron en mayor medida y en tiempo y forma, por lo que esa zona del país estaría con mejores resultados productores o por lo menos, dentro de lo esperado.
Argentina y Brasil
Esta situación no es ajena a los países de la región. En el Estado de Río Grande del Sur, el mayor productor arrocero de Brasil, la Federación de Agricultura de Río Grande del Sur (Farsu), estima que el déficit hídrico determinará una reducción del 7% al 10% en la producción de arroz en esta zafra 2021-22.
De acuerdo al relevamiento realizado por la institución gremial, abarcando cerca del 60% de los municipios productores de arroz del estado y los más afectados, «las fluctúan entre 1% que es el mínimo y 30% que es el máximo», según explica el economista jefe de Farsul, Antonio Da Luz.
Por su parte en Argentina, Enrique García, presidente de la Asociación de Plantadores de Arroz de Entre Ríos, estimó luego de las lluvias que las pérdidas de área serán entre un 10% y 30% dependiendo de la cada chacra. También aclaró que hasta que no se pase la cosechadora es difícil tener certeza de las pérdidas netas que dejará la sequía en el hipotético caso de que no llueva y que, por ende, las temperaturas no vayan a ser las adecuadas. «Si no llueve, puede que quizás se pierdan más toneladas. Es muy variable todo», agregó.