martes 23 de abril, 2024
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Verdaderos ejemplos de vida

Gerardo Ponce de León
Por

Gerardo Ponce de León

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Por Gerardo Ponce De León
El miércoles 12 cumplieron 50 años, de un hecho que tuvo repercusión a nivel mundial, como fue: “el milagro de la cordillera de los Andes”. Muchos tuvimos la suerte de escuchar a Gustavo Cervino, en el paraninfo de la Universidad de esta ciudad. Recuerdo que el aforo, en forma excepcional, es de 500 personas, tuvimos la suerte de que nos acompañara cerca de 700, se agregaron sillas y a pesar de ellos, quedó gente parada. Hoy día siguen siendo un atractivo para la gente escuchar a ellos (los sobrevivientes y que den charlas) como: Carlos Páez, Fernando Parrado, Roberto Canessa, Gustavo Zerbino. Es capaz que alguno, que desconozco, de charlas, desde ya las disculpas del caso.
La base de este escrito es un reportaje de un periodista de CAMBIO: Daniel Spinelli, en el año 2001 a Roberto Canessa y Carlos Páez. Estos muchachos nos dejan como se tiene al pelear contra la adversidad, a todo mal, hay que buscarle la forma de abrazado a ella, se tiene que pensar, ponerse metas, como formas de salir adelante. Claro que es fácil escribirlo, decirlo, pero hay que tener la valentía de vivirla.
En un suplemento especial del diario El País, sobre ACELU (Asociación Celíaca del Uruguay) le hacen un reportaje a la Sra. Gessika Lusich, la cual dice: “Tenés que ser consciente. Abrazar la enfermedad y seguir adelante”.
Creo que son casos se lucha contra “el no puedo”, pero en ambos se toman medidas drásticas, con el fin de cambiar el no por “si puedo”; por más que ese cambio de palabras me lleva a tomar medidas que nunca me haría posible llevar a cabo, pero es: o tomo esas medidas o dejo la vida. Dice la Sra. Lusich: “Siento orgullo de ser celíaca porque puedo ayudar a un montón de gente”.
Ambos casos son ejemplos de cómo enfrentar la adversidad, si quiero salir adelante, tengo que poner el futuro en mi mente para cambiar, aceptando lo que la vida me manda. Los muchachos de la cordillera, pensaban que iban a pasar la Navidad con su gente. El 22 de Diciembre de 1972, fueron rescatados de la montaña; pasando a ser personas que se comenzaron a admirar, a querer en todo el mundo como algo admirables, que llegaron a tomar medidas drásticas e impensables, con el fin de sobrevivir. Y oportunidades existen, pero hay que tomarlo como que es el camino donde en su meta está la luz, la esperanza, la meta para la cual luchamos, peleamos y fin de nuestro pesares.
Reitero que es muy fácil decirlo, escribirlo, pero muy difícil tomarlo como método de vida. Los pesares duelen y cuestan, son métodos que en su mayoría, nunca pensé, ni se me ocurrió que un día tendría que enfrentar. Pensaba que, con la salud, que tengo, es algo que lejos está de mí, lo fuese a padecer y la sorpresa me gana, y ojo que no me puedo abandonar, y cuando llego al fondo, tengo que renacer como el ave fénix. Esa es la valentía, abrazarse a la vida. Saltar rumbo al “si se puede”. Lo más lindo es que se hace naturalmente, con la ayuda en el recuerdo, o la presencia de la familia; y culmino siendo ejemplo, de aceptación, de entrega, fuerza y ganas de vivir.
Creo que son muchos los seres humanos que luchan por la vida,, pero son pocos los casos que se conocen. Nos enteramos de casos malos pero casos de lucha por vivir, que deben de ser más, muchas veces no están a nuestro alcance. Vivamos y aprendamos de estos ejemplos.