miércoles 27 de septiembre, 2023
  • 8 am

Actuación heroica y final del Villa del Salto

Por Cary de los Santos.
Momentos después de la heroica actuación del «Villa del Salto» y su tripulación, al llegar al puerto el General Leandro Gómez, con sus ayudantes se dirigía a recibir al valiente Capitán Pedro Ribero y sus expedicionarios, pero antes ordenó que el “Villa del Salto” embicase en la playa, para extraer de forma inmediata: dos cañones que lo artillaban, las banderas, los almohadones de los sofás, la vajilla y platería del buque y todo aquello otro que se pudieran extraer de forma rápida, para no perder tiempo y rociarlo con keroseno y prenderlo fuego. En ese preciso momento, llegaba al puerto don Orlando Ribero, y nos relata los acontecimientos finales del heroico vaporcito “Villa del Salto”.
“…Cuando el que esto escribe llegó al puerto, ya el buque era presa de las llamas; los Generales Gómez, Piriz y otros jefes que habían ido al puerto á recibir á los expedicionarios volvían á la ciudad conjuntamente con el jefe del extinguido buque y sus tripulantes; dos de estos últimos llevaban la bandera de popa con su asta; aquélla había sido clavada en ésta á la partida del puerto del Salto; y sin duda no encontraron otro medio más fácil para extraerla. La Escuadra Brasilera se había puesto en movimiento, en persecución del «Villa del Salto» y en aquel momento se encontraba toda ella en el puerto, en el canal, contemplando el espectáculo imponente del incendio de aquel vaporcito que los había burlado…”
ACTO DE PIRATERÍA
El Gral. Leandro Gómez, había ordenado incendiar al vapor, cuando se hacía imposible ofrecer resistencia a las naves imperiales por la falta de municiones. Describiendo su fin, había elevado oficio al Ministro de Guerra que en su último día el barco ofrecía el gran espectáculo de un incendio a la vista de la ciudad, cerca de las cañoneras brasileñas, que lo contemplaban: “como la más infame e inicua obra de un gobierno cobarde y desleal, puesto que ha cometido un acto de piratería desde que no ha declarado la guerra a la República para atacar tan alevosamente a un vapor con pabellón oriental”.
PARTE DE DIONISIO TRILLO
La Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor, era la propietaria del vapor arruinado “Villa del Salto”, y el Cnel. Dionisio Trillo, no solamente era uno de los fundadores y principales accionistas de la compañía, sino además, ocupaba la distinción de ser el Comandante Militar del Norte del Río Negro, quién luego de lo sucedido con el vapor de guerra oriental, elevó parte al Estado Mayor, pidiendo que el informe enviado se asentara como título de honor al barco. Pocos días después del suceso, el diario rosarino “El Ferro-Carril” a solicitud del Cnel. Dioniso Trillo, en su columna el parte oficial del combate del 7 de setiembre, y así aparecía:
«COMBATE DE «EL VILLA DEL SALTO»
Publicamos a continuación el parte oficial mandado á publicar por Dionisio Trillo referente al combate de ese buque de Guerra Oriental.
¡Viva la Independencia de la República!
¡Viva el Pueblo Oriental!
¡Viva el Gobierno!
El Vapor Nacional «Villa del Salto» batiéndose el día de ayer con la Escuadra Brasilera en las aguas del Uruguay, peleando uno contra diez con los marinos del Imperio, haciendo callar sus cañones y obligando á sus soldados á esconderse aterrados ante las armas de la República, que un puñado de bravos les opuso con una débil embarcación, ha hecho algo más que salvar la dignidad del pabellón Oriental: ha reflejado la fulgente luz de gloria sobre todas las Repúblicas Americanas, y dado realce y brillo á sus armas laureadas. ¡Capitán Rivero! Oficiales y soldados del «Villa del Salto!» – sois los dignos sucesores de aquellos que en 1825 pusieron a sus pies la corona del monarca Brasil. ¡Valientes! – El pueblo oriental os saluda con orgullo y os aclama dignos hijos de la República!
He aquí la narración del combate.
Salto, 8 de setiembre de 1864.
Coronel:
Haga V.S. saber en la orden del día de hoy, que por el vapor paquete Inglés Fairy, entrado a nuestro puerto a la una de la noche anterior, he recibido parte del Comandante del vapor Nacional Villa del Salto, Capitán D. Pedro Rivero, en que me dice, Que el vapor Nacional. «Villa del Salto» que en cumplimiento de mis órdenes marchó aguas abajo en la tarde del 6, se encontró ayer frente a la mesa de Artigas con dos cañoneras Brasileras, las cuales a su vista se colocaron en actitud de combate situándose a uno y otro lado de la canal. Que en ese estado, el «Villa del Salto» preparándose para responder el fuego con el fuego, como tenía orden de hacerlo su bravo Comandante el Capitán de Guardias Nacional D. Pedro Rivero, pasó por medio de ambas cañoneras dando entusiastas vivas a la Independencia de la República, al Pueblo Oriental y a su Gobierno. Que no siendo acometido por las dos cañoneras expresadas, y sujetándose siempre a las instrucciones que tenía de no provocar el combate, siguió su marcha hasta frente al saladero de los Sres. Cabal y Williams, donde se encontraba la cañonera Brasilera Jequitihonha. Que al pasar por frente a ella y cuando el Comandante del «Villa del Salto» creía con fundamento no ser hostilizado, la dicha cañonera le hizo dos disparos de cañón a bala raza; que felizmente sin causar daño a la guarnición del «Villa del Salto» solo lo hizo al buque pero no de consideración – Que a vista de tal agresión el bravo comandante Rivero mando virar de bordo, y dirigiendo su costado á la cañonera Jequitihonha, disparó sobre ella sus cañones y sin darle lugar a que contestase se le fue encima a toda fuerza de máquina, mandando romper el fuego de mosquetería, con el cual obligo á los soldados del Imperio a abandonar sus piezas; y sin dejarles tiempo de reponerse, cuando ya se le acercaban las otras dos cañoneras y cuando ya con ese hecho quedaba salvado el honor del pabellón y las armas Orientales, se dirigió al puerto de Paysandú en cuyo tránsito el Jequintihonha les hizo dos disparos, pero cuando se encontraba a una distancia en que ya no alcanzaban las balas, y llego a dicho puerto después de haber cumplido honorablemente y valientemente el compromiso que contrajo ante su patria…»
(Continuará en la próxima edición)