Por Andrés Torterola
Desde el colectivo de ollas y merenderos de Salto han expresado su profunda preocupación por las dificultades que enfrentan para sostener sus actividades durante este crudo invierno que afecta a todo el país, pero especialmente a Salto. Las intensas y persistentes lluvias que han azotado el departamento han agravado la situación, obligando a un número creciente de jornaleros a recurrir a las ollas populares para garantizar su alimentación diaria. De acuerdo a los últimos datos son más de 20 las ollas y merenderos que funcionan en Salto y que tuvieron su surgimiento con la pandemia por covid y aún hoy mantienen su actualidad debido a que la demanda de comensale3s volvió a crecer en distintos barrios.
PROBLEMÁTICA
En diálogo con CAMBIO la presidente del colectivo; María José Semino, indicó que la problemática radica en que muchos de estos trabajadores dependen de contratos laborales que establecen que sus salarios son calculados en función de los jornales efectivamente trabajados. Por lo tanto, los días de lluvia, cuando las condiciones climáticas les impiden laborar, no perciben ningún tipo de ingreso, lo que los coloca en una situación de vulnerabilidad aún mayor. Este contexto ha incrementado la demanda en los merenderos y ollas populares, que están luchando por abastecer a todos los que lo necesitan en un escenario donde los recursos son cada vez más limitados.
NUEVA TENDENCIA
La situación es igualmente crítica para los trabajadores independientes, quienes, ante la falta de oportunidades laborales, se ven privados de ingresos. Un caso similar se observa en los puestos de venta ambulante, donde las dificultades económicas se han intensificado. En respuesta a este panorama, ha surgido una nueva tendencia en la comercialización de productos: la venta de artículos usados y diversas mercaderías a través de transmisiones en vivo en plataformas como Facebook. Aunque esta modalidad ha ganado popularidad en los últimos tiempos, el panorama no es del todo alentador. Según Semino, incluso estas ventas han experimentado una considerable disminución, reflejando las dificultades económicas que enfrentan quienes dependen de este tipo de comercio para subsistir.
EVENTO SIGNIFICATIVO
Los responsables de estos espacios solidarios han hecho un llamado urgente a la comunidad y a las autoridades para que brinden apoyo, ya que la situación se está volviendo insostenible. Sin una respuesta pronta y efectiva, temen no poder continuar ofreciendo este servicio esencial, que se ha convertido en el único sustento para muchas familias en Salto durante este invierno. Para enfrentar esta situación, se está organizando un evento significativo con el objetivo de recolectar productos y así poder armar y distribuir canastas básicas que, lamentablemente, no se han podido concretar en los últimos meses debido a la disminución de donaciones. Semino señaló que desde hace tiempo el colectivo no cuenta con un fondo solidario, lo que ha dificultado brindar ayuda en casos específicos. La iniciativa busca reactivar esta solidaridad, permitiendo a la comunidad unirse para apoyar a quienes más lo necesitan.
CIENTOS DE PERSONAS
Por día son cientos de personas las que se alimentan en las ollas populares, al margen del funcionamiento del Comedor Departamental. En invierno la demanda de personas que se acercan a alas ollas crece, pero igualmente en el verano se mantiene la labor, porque la necesidad continúa de acuerdo a lo expresado por integrantes del colectivo.
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