Los perros de Armando: Se educa quien quiere ser educado
Armando Guglielmone Instructor canino –
educador etólogo Venta de ovejeros
alemanes de pedigrí Contacto y /o sugerencias : 098 539 682
Este sábado pasado mientras manejaba por Avenida Harriague vimos un accidente recién ocurrido entre una moto y un perro, realmente al mirar de lejos pensamos que había sido entre una moto y un auto, pues en esa esquina es frecuente que ocurran. Pero al ir aproximándonos y darnos cuenta que lo que estaba tirado a unos metros de la persona accidentada era un perro, nos quedamos con un gesto de pena por el animalito. No es, por supuesto, que valga más la vida de un perro que la de una persona, aunque en algunos casos, con algunos humanos, seguro vale más. Ojalá que esa persona ya se encuentre bien, no sé cómo fueron las exactas circunstancias del choque, vi el resultado inmediato. Es que los perros que mueren en estas circunstancias casi siempre lo hacen debido a que detrás hubo un dueño, o una persona que lo alimenta, que actuó negligentemente. Es que mientras no haya una medida que se aplique para que la persona detrás del perro entienda lo serio del asunto, nunca tendrá fin a la vista este problema. Hay una institución estatal que atiende, en teoría, la problemática de los animales, pero, al igual que ocurre con casi todos los demás organismos del estado, nos controlan a los mismos de siempre, a los que procuramos seguir las normas y leyes establecidas. Para los otros no hay control, pueden andar con sus perros sueltos cruzando calles, molestando a gente que pasea con sus perros responsablemente, que nada va a ocurrir. Es que parece ser, por lo que he conversado con gente más o menos metida en el asunto, que el objetivo es educar y no penalizar, pero el problema acá es que uno puede educar a quién quiere ser educado, no a quién no le interese. Que nos presten sus oídos pues se sienten obligados no es certeza de que estén prestándonos atención, ahora, si le aplicas una sanción, preferentemente económica, o le retiras el animal, sea perro o caballo, si es responsable hará lo posible por cumplirla. Me decía esta persona que está metida un poco en la problemática, que no se los puede multar ya que generalmente no tienen los medios para afrontar el costo, pero a ver, si no pagamos en fecha cualquier factura del estado, te aplicarán recargos y multas, y con facilidades o no, deberás pagarlo, si no, no hay servicio. Y en este caso, en el cual está implicado el bienestar de los animales e indirectamente el de las personas, parece no tener suficiente importancia. Tendríamos que ser más pragmáticos y hacer que alguien se haga cargo; en una esquina céntrica de nuestra ciudad muy concurrida, se juntan a las puertas de un comercio un grupo de indigentes con sus perros, los cuales estos últimos se pelean entre ellos a veces y si pasas con un perro estos se aproximan amenazando al que tú llevas. Si denuncias y te llegan a prestar atención lo más que harán será hacer que se retiren del lugar, ese día, luego vuelven. Pretender que determinado grupo de personas cambien es gastar energía innecesariamente, y nada tiene que ver el estrato social de estas. Cuando joven fui a aprender inglés y recuerdo que había compañeros de clase que le decían a la profesora, cuando esta les decía que se esforzaran, que ellos iban porque los obligaban los padres, que no les importaba. Tal que hoy día no recuerdo a ninguno de estos que haya terminado el curso, es que a aprender tenemos que estar dispuestos, y en cuanto a los perros, muchos no desean hacer el esfuerzo.