Por Cary de los Santos Guibert.
En el año 1948 se remataron las existencias de los Astilleros Salteños en el Pueblo Nuevo (hoy barrio Baltasar Brum) Entre los elementos que fueron a remate, se encontraba el SILBATO de los Astilleros, que fuera comprado y guardado. En 1999 por medio de la Comisión del Barrio «El Cerro» nos plantea la inquietud de hacerlo sonar y si sería posible.
UNA IDEA QUE MADURA
Inmediatamente nos sedujo la idea y nos presentaron a la dueña del elemento histórico, con quién hablamos y le propusimos hacer ensayos para hacerlo sonar con los tubos de buceo, con aire comprimido. Nos entrega el elemento y su aspecto no era el mejor: el bronce presentaba óxido y suciedad en general, un elástico del sistema estaba quebrado, pero todo tenía solución. Personalmente le dije a mi suegro – Luis «Papo» Castro Cabrera – de la idea de restaurarlo e inmediatamente se propuso limpiarlo y cambiarle el elástico para que funcionara todo su sistema y además que brillara como en su época de esplendor. Nosotros nos encargamos de conseguir y comprar las mangueras de alta presión para hacer el circuito desde el tubo de buceo al silbato
VOLVIÓ A SONAR
Paralelamente hablamos con el «Goyo» González y Rubén Ciocca (Padre de Ruben Papino Ciocca Breventano), que habían trabajado en los astilleros y nos podían indicar como era que sonaba el silbato comúnmente (horas, frecuencias, pitidos, etc). Y finalmente, luego de 51 años sin sonar, se sintió su sonido en la primera aurora del 2000 en la Plaza General Flores de la ciudad de Salto. Fue un momento único, me tocó hacerlo sonar y además, tener el privilegio de ver la emoción en el rostro de los pocos obreros sobrevivientes del viejo astillero, cuándo escucharon nuevamente el clásico sonido del silbato, que era una voz de orden y se sentía su sonido en todo el Pueblo Nuevo.
Locales Titulares del día