El último ejercicio ganadero cerró con un crecimiento significativo en la productividad y los ingresos, a pesar de los desafíos climáticos enfrentados. Según el informe presentado este miércoles por Carlos Molina, director del Instituto Plan Agropecuario (IPA), las empresas monitoreadas alcanzaron un ingreso promedio de US$ 74 por hectárea, un 19% más que el año anterior. Sin embargo, este valor es aún un 13% inferior al promedio de los últimos cinco ejercicios, reflejando la lenta recuperación tras la fuerte sequía que afectó al sector.
La región Norte, integrada por el Norte-Litoral y el Norte-Centro, mostró un aumento del 5% en la dotación vacuna, aunque no logró alcanzar los niveles previos a la sequía. A pesar de esto, los productores lograron mantener un buen desempeño reproductivo, con una mejora del 11% en la producción de kilos de carne vacuna. Por otro lado, los precios de venta disminuyeron un 9% en vacunos y un 11% en lanares, lo que limitó parcialmente los beneficios obtenidos. En esta región, el ingreso de capital por hectárea se incrementó un 20%, alcanzando los US$ 71, mientras que los costos se redujeron en un 8%, marcando un alivio coyuntural en los gastos operativos.
En el Este, donde la dotación vacuna creció un 1,5%, el panorama fue diverso. La marcación vacuna cayó un 6%, situándose en su punto más bajo de la última década. Sin embargo, la productividad total aumentó un 8%, y el ingreso de capital experimentó un alza del 28%, llegando a US$ 77 por hectárea. Esta región también destacó por su mejora en la relación insumo/producto, que favoreció la rentabilidad de los productores.
Entre los criadores, tanto en el Norte como en el Este, se observaron signos de recuperación. En el Norte, la dotación vacuna creció un 6%, mientras que la productividad de carne vacuna aumentó un 12%. Aunque los costos permanecieron relativamente estables, el ingreso neto de los arrendatarios subió un 9%, alcanzando los US$ 35 por hectárea. En el Este, los criadores mostraron una fuerte capacidad de respuesta, logrando un incremento del 29% en el ingreso de capital, que pasó de US$ 66 a US$ 85 por hectárea.
A nivel general, el informe destaca que, aunque los niveles de productividad y rentabilidad han mostrado signos alentadores, la ganadería aún enfrenta desafíos importantes.
La disminución en los precios de venta y los efectos residuales de la sequía limitan el ritmo de recuperación del sector. Sin embargo, la resiliencia y capacidad de adaptación de los productores han permitido mitigar los impactos y sostener el crecimiento en varias regiones del país.
En moneda constante, el ingreso promedio por hectárea fue un 18% menor al de los últimos diez años, reflejando el impacto acumulado de los eventos climáticos y las oscilaciones de mercado. Sin embargo, Molina destacó la capacidad del sector para adaptarse y generar mejoras continuas: «Estos resultados son una señal de que el esfuerzo y la gestión eficiente están dando frutos».
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