A poco más de 72 horas de consagrarse campeón del Interior, Robert «Gato» Olivera, director técnico de la selección Sub 14 de Salto, se mostró emocionado por el título conquistado ante Canelones. El empate 1-1 en el Eduardo Martínez Monegal, sumado a la victoria 3-0 en el partido de ida, permitió al conjunto salteño quedarse con el trofeo en la octava edición del certamen.
«La verdad que muy contento. Pasaron unos días de haber logrado el título de campeón y recién llegamos de la caravana que hicimos el domingo. Llegamos a las 2:30 de la mañana del domingo. Se logró el objetivo con un grupo espectacular. No fue fácil porque venían de todos cuadros, tenemos que amalgamar la idea en poco tiempo, pero por suerte salió todo como esperábamos», expresó Olivera.
Una primera experiencia en selecciones
Para Olivera, esta fue su primera experiencia como director técnico al frente de una selección departamental, aunque viene dirigiendo Sub 14 en Club Chaná desde hace varios años. «A nivel de selecciones fue la primera experiencia como técnico, fue este año y lo hicimos de la mejor manera. Vengo acompañando la generación de los 8 o 9 años y logramos el pentacampeonato con el Club este año», explicó.
Su vínculo con la Liga Salteña es profundo: «Yo en la Liga Salteña fui jugador de fútbol, fui campeón nacional en Sub 15 y siempre estuve vinculado al fútbol como jugador y ahora como entrenador». La dirección técnica llegó por su conocimiento de la generación 2011: «Me llamaron porque apostaron en mí por el conocimiento de la generación que ya había dirigido en selecciones».
Trabajo colectivo con muchos clubes
Uno de los grandes retos fue amalgamar jugadores de diversos clubes. «Hay alrededor de ocho o nueve clubes que tuvieron representantes en las selecciones. Por suerte fue variado, y eso habla bien de lo bien que se está trabajando en la formativa en Salto», señaló con orgullo.
«La verdad que estamos muy contentos de que todos los clubes puedan aportar a la selección porque en definitiva la selección es del departamento», agregó.
El objetivo siempre fue ser campeón
«Uno cuando comienza a entrenar siempre apunta, el objetivo máximo es ser campeón. Nosotros desde un principio manejamos ese objetivo final, más allá de trabajar partido a partido. Nunca se pierde la ilusión de poder lograr el campeonato», afirmó el técnico.
Valores excepcionales
Lo que más valoró Olivera fue la calidad humana de sus dirigidos. «Una generación espectacular de gurises, unos valores tremendos, un respeto, una educación, una entrega. Sinceramente no se le puede pedir más», expresó emocionado.
El entrenador remarcó el rol de las familias: «En cada charla con los padres los felicitamos por los gurises que tenían, por la educación y el respeto. Más allá del fútbol, la parte personal nos importa mucho y creemos que el respeto es necesario para formar parte de un grupo». «Por eso estoy muy agradecido con ellos porque me han hecho pasar momentos inolvidables y esto va a quedar en el recuerdo para siempre», cerró Olivera con gratitud.