
Por Andrés Torterola.-
Al cumplirse un año del conmovedor recibimiento que la comunidad salteña brindó a Genaro Cabrera —el niño que logró sobrevivir al incendio del vehículo en el que viajaba junto a su familia en enero de 2024, y en la que lamentablemente perdieron la vida sus padres y su hermana—, CAMBIO dialogó con Graciela Costa, abuela de Genaro, quien compartió cómo ha sido este año de lucha, resiliencia y acompañamiento.
Costa contó que Genaro está teniendo una recuperación excepcional. Los médicos que lo atendieron durante varios meses han quedado sorprendidos por su evolución. Actualmente, asiste a la escuela con normalidad, va al gimnasio, practica natación y juega al fútbol. Además, realiza sesiones de fisioterapia y recibe acompañamiento psicológico. Según su abuela, cada día de Genaro está lleno de actividades que lo ayudan a seguir adelante y fortalecerse.
MUY BUENA EVOLUCIÓN
Genaro asiste semanalmente a una institución de salud donde recibe un tratamiento con rayos láser, especialmente diseñado para tratar las cicatrices producto de quemaduras. Este procedimiento no solo mejora notablemente el aspecto estético, sino que también incide positivamente en su calidad de vida. Graciela destacó que el tratamiento con cremas y masajes fue realizado de manera muy eficaz, lo que ha contribuido significativamente a la buena evolución de su recuperación.
Asimismo, informó que el próximo 17 de octubre llegará a Uruguay un médico estadounidense, quien llevará a cabo una intervención quirúrgica en uno de los brazos de Genaro, como parte del proceso integral de rehabilitación.
GANAS DE VIVIR
Genaro se encuentra muy bien y continúa adaptándose con fortaleza a su nueva realidad. A pesar de su corta edad, recuerda con claridad el trágico episodio que marcó su vida, así como las fechas de cumpleaños de sus padres y su hermana, a quienes mantiene presentes en su memoria y en su corazón.
Ha logrado superar momentos muy difíciles, como volver a la casa familiar, una instancia particularmente dolorosa para todos sus seres queridos. También expresó el deseo de visitar el lugar donde descansan los restos de sus padres, su hermana y un tío, un paso emocionalmente profundo acompañado siempre por el apoyo incondicional de su familia y de los profesionales de la salud que lo asisten.
Graciela destacó que todo este proceso de sanación ha sido posible gracias a un entorno afectivo que lo contiene y a un abordaje integral de especialistas que cuidan no solo su cuerpo, sino también su salud emocional.
Con solo 9 años, Genaro demuestra una vitalidad admirable, una enorme capacidad de resiliencia y unas ganas inmensas de vivir, jugar y seguir adelante, dejando claro que su espíritu es tan fuerte como esperanzador, concluyó la abuela.