Armando Guglielmone Instructor canino
De un tiempo a esta parte se han venido dando a conocer casos de crueldad hacia los animales y perros particularmente, como los que pareciera que antes no ocurrieran. Cosas tan aberrantes como poner un gato en un lavarropas o decapitar un perro han aparecido en las noticias sorprendiéndonos a todos. ¿Pero esto ocurre particularmente ahora o siempre hubo casos así? Y la respuesta lamentablemente es que sí, siempre ha habido casos de extrema crueldad con los animales, lo que ocurre ahora es que se hacen visibles porque la inmediatez de las noticias y las redes sociales hacen posible saberlo.
Esto es bueno en la medida que se hace visible para mucha gente que no tenía pálida idea de esto, pero es malo también porque hay cosas que se sabe que ocurren o que han ocurrido y quedan fuera de estos reclamos, ya que no hay registro que lo comprueben, haciendo que queden fuera del castigo social. Se convocan marchas para mostrar el rechazo a este tipo de conductas y no está mal que así lo hagan, pero lamentablemente la mayoría de nosotros no actuamos de manera individual cuando vemos un acto de injusticia, tendemos a disgustarnos, pero generalmente no hacemos nada. Y esto se debe a que, o nos da pereza hacerlo, o ya lo hemos hecho y hemos visto que a los que le tiene que importar, no hay manera de llegarle. Si intervienes corres un riesgo, nunca se sabe quién es el loco que tienes enfrente, si quieres denunciarlo, tienes que hacerlo al INBA, y buena suerte con eso. Exceptuando a los rescatistas que se arriesgan en pos de esta causa el resto tenemos la tendencia a pasar de largo, por cualquiera de los dos motivos que nombré. Yo ya he pasado por la experiencia de no saber a quién recurrir para ser oído, así que me he limitado a escribir sobre esto y a mascarme la indignación que provoca. Pero hay un maltrato también del que la mayoría no sabe y atañe sobre todo a lo asociado al adiestramiento de los perros, y es el maltrato sicológico, lo explico. Ocurre que, al adiestrar un perro, de manera correcta, debemos lograr no solo que el perro nos obedezca, también que adquiera un equilibrio emocional y nervioso que lo haga ser un animal sociable cuando es necesario. Pero lamentablemente hay personas, pseudo adiestradores, que logran desequilibrar un perro mentalmente haciendo que este actúe de manera díscola, logrando que este pase a ser un incordio en una familia. Y este maltrato, basado en la presión excesiva, puede llevar a que el perro muerda a miembros de la familia, ya que aprende a estar a la defensiva pues pierde la estabilidad nerviosa. Y este tipo de maltrato no se hace visible, pero igual es malo, muchas veces cuando el perro actúa así se recurre a eutanasiarlo, pues consideran que el perro es peligroso, sin tomar en cuenta por qué está así.
Es que este maltrato hizo efecto en la psiquis del perro, y eso no se ve a no ser por un ojo experto. Y lamentablemente este tipo de maltrato sigue, ya que fuera de los afectados a los cuales les puedes explicar, no puedes hacer más nada que no sea indignarte y tratar de solucionarlo.
