sábado 12 de julio, 2025
  • 8 am

Las raíces nos sostienen

Dr. Carlos Silva
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Dr. Carlos Silva

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Altos del arapey

Por Carlos Silva
Cada 19 de junio, los uruguayos miramos hacia nuestra historia para recordar el nacimiento de José Gervasio Artigas, el prócer que sembró las bases de la libertad, la justicia y la dignidad en nuestro país. Pero esta fecha también nos invita a mirar más cerca, a mirar a nuestros mayores, porque el 19 de junio es también el Día de los Abuelos. Y esa coincidencia no es menor, Artigas y los abuelos representan, cada uno a su modo, las raíces profundas de nuestra identidad.
Los abuelos no son solo figuras entrañables que nos llenan de cariño y anécdotas. Son los custodios de la memoria, los testigos silenciosos del tiempo, y los transmisores naturales de los valores que sostienen a la sociedad. En cada historia que cuentan hay una enseñanza, en cada gesto cotidiano hay una lección de vida. Ellos vivieron tiempos difíciles, conocieron el esfuerzo sin excusas, y supieron construir sin tenerlo todo. Por eso, cuando los escuchamos, no solo aprendemos, sino también nos fortalecemos.
En un mundo que cambia vertiginosamente, donde muchas veces lo urgente desplaza a lo importante, corremos el riesgo de olvidar a quienes más saben. Escuchar a los abuelos es escuchar al país que fuimos, pero también al país que somos y al que podríamos volver a ser si recuperamos esa conexión con lo esencial. Porque el legado de los abuelos no se mide en herencias materiales, sino en principios, en ejemplo, en resiliencia y en amor.
Hoy, más que nunca, tenemos que detenernos a mirar su realidad. Muchos de nuestros adultos mayores viven en soledad, con pensiones insuficientes, con dificultades de acceso a la salud o al transporte. Han dado toda su vida al país y merecen que el país les devuelva con gratitud, cuidado y dignidad. No basta con homenajearlos un día al año. Debemos escucharlos, incluirlos, protegerlos, y valorar su rol activo en la sociedad. Porque los abuelos no son pasado, son presente. Y si los atendemos, también serán parte viva de nuestro futuro.
El mismo Artigas que defendía a los más vulnerables, que hablaba de igualdad, de justicia social y de respeto por los pueblos, estaría del lado de nuestros abuelos hoy. Porque su causa era, en el fondo, la causa de todos los que no tienen voz suficiente, pero que sostienen en silencio el alma de un país.
Por eso este 19 de junio no es solo un día de conmemoración, es también un llamado. A reencontrarnos con lo que somos. A honrar nuestras raíces. A cuidar a quienes cuidaron de nosotros. A agradecer con hechos concretos lo que tantas veces se dio sin pedir nada a cambio.
A nuestros abuelos, gracias. Por estar. Por haber estado siempre. Por seguir marcando el rumbo. Como Artigas, ustedes también son faro. Y mientras ustedes estén, nuestras raíces estarán vivas. Y con raíces firmes, el Uruguay siempre tendrá futuro.