martes 15 de julio, 2025
  • 8 am

Psicóloga invita a reconectar el cuerpo con el deseo: una “mirada integral” sobre la sexualidad femenina

Por Melisa Ferradini.
En una sociedad donde la sexualidad femenina sigue atravesada por tabúes, mandatos y silencios, el acompañamiento terapéutico se vuelve una herramienta poderosa para sanar, transformar y re significar. La Licenciada en Psicología, Lucía Barreto, Especialista en sexualidad femenina, trabaja desde una perspectiva integral de la salud sexual, guiando a mujeres adultas en un proceso de autoconocimiento y reconexión con su cuerpo, sus vínculos y su deseo. En diálogo con CAMBIO, Barreto aborda temas profundamente humanos como la disconformidad corporal, los efectos de la rutina en la vida íntima, los cambios del deseo a lo largo del ciclo vital y la vivencia de la sexualidad durante el climaterio.
-¿Qué le motivó a enfocar su trabajo en la salud sexual femenina desde una mirada integral?
-Fueron muchos los motivos que me llevaron a enfocar mi trabajo en la salud sexual de las mujeres desde una mirada integral. Cuando empecé a formarme en sexualidad humana, me fui dando cuenta de la poca información y nula educación sexual desde una mirada integral, con perspectiva de género y de derecho que recibí y que recibe la población en general y las mujeres en particular Entendí que las mujeres tenemos derecho a conocer nuestros cuerpos, su funcionamiento sexual y no únicamente su función reproductiva, también nos vinculamos erótica y afectivamente, para eso tenemos que conocer nuestra anatomía del placer.
-¿De qué manera cree que influye la vergüenza corporal en la vida sexual de una mujer?
-La vergüenza corporal podría llegar afectar significativamente la vida sexual de las mujeres ya que puede ser una limitante para el disfrute y el placer sexual. Muchas mujeres evitan los encuentros sexuales por creer que no son dignas o suficientes, que no van a gustar. Ellas no se gustan, no se sienten atractivas. Generalmente han desarrollado un vínculo negativo con su cuerpo y han creado una imagen corporal muy diferente a la imagen que les devuelve el espejo. Han formado la creencia de que solamente determinados cuerpos con determinadas formas, tamaños y colores son quienes pueden disfrutar.
-¿Cómo impacta una educación sexual empobrecida, basada en el miedo y el tabú, en la forma de vivir la intimidad?
-Genera culpa y vergüenza asociado al placer, desconexión con el propio cuerpo, dificultad para comunicar el deseo y necesidades, relaciones desiguales, miedo al juicio y al rechazo, y poca autonomía para tomar decisiones con respecto a la sexualidad.
-¿Qué lugar ocupa el deseo sexual en la vida adulta de las mujeres y cómo varía a lo largo del tiempo?
-El lugar que ocupe va a depender de cada mujer y su sistema de creencias con respecto al tema. Hay mujeres que se lo habilitan, son deseantes, nutren este deseo desde diferentes áreas. Para otras, no es algo importante y sus creencias las limitan y no se permiten conectar con su deseo sexual. Cada mujer expresa su deseo de diferentes formas, todas son válidas. Muchas veces se crea la idea que las mujeres ya no desean porque no conectan con ese deseo “espontáneo”… pero tienen que identificar ese deseo que aparece luego de la excitación, es el deseo responsivo, ese deseo que aparece cuando su partener sexual la busca.
-¿Qué mensaje te gustaría dejarles a las mujeres que están atravesando dificultades con su deseo o con su relación con el cuerpo?
-Quiero decirles que no hay nada que este mal con ellas, que existen abordaje terapéutico para acompañarlas y recuperar el deseo sexual desde una mirada integral teniendo en cuenta todos los aspectos que podrían estar influyendo en esta cuestión. No siempre tiene que ver con factores biológicos pero en el caso que así sea, se trabaja en conjunto con las áreas médicas correspondientes. Las creencias negativas con respecto al cuerpo es uno de los factores muy frecuentes que pueden influir negativamente en el deseo.