Por Carlos Arredondo
Poco a poco, como casi todo lo que nos cambia la vida, nuestra existencia se está llenando de Inteligencia Artificial (IA). Como generalmente ocurre, los primeros tiempos “lo nuevo” es exhibido como una cosa buena, inocente, que nos ayudará en nuestra tarea diaria, facilitará nuestras vidas que solamente llegó para ayudarnos y no trae nada escondido. Habitualmente se señala a quienes advierten que algo no cierra y que los alcances de lo nuevo van mucho más allá de lo que expresan sus impulsores, son catalogados como insignificantes locos, teóricos de la conspiración.
(Con la mano en el corazón: ¿Cómo hubieses reaccionado si cuando te ibas a comprar tu primer celular alguien te decía que te iban a escuchar para mandarte publicidad o páginas web acorde a tus conversaciones?)
Pero el problema es cuando alguien de adentro del sistema dice que tengas cuidado con el sistema.
Paul Buchheit es el creador de Gmail, y en una entrevista brindada alpodscast Deep cast.com, hace unos días lanzó una advertencia que debería tenernos muy preocupados. Te cuento: El tipo declaró que la IA está a punto de pasar un bache del cual no tendríamos marcha atrás.
“Podríamos, en un caso extremo, ser como una granja, o un zoológico en un mundo distópico”, sometidos bajo un dominio total de una inteligencia que no podríamos sobrepasar, detener o controlar”, afirmó.
Para él deberíamos acceder a una Inteligencia Artificial mucho más sencilla, que pudiéramos apagar y prender a voluntad. Pero la realidad va por otro lado.
Lo cierto es que cada vez son más las voces de expertos que advierten sobre lo que viene detrás del cómodo, e “inocente”, chatgpt y sus actualizaciones.
En octubre de 2023 un total de 1821 expertos de todo el mundo, “un grupo diverso: científicos, responsables de políticas, ingenieros, activistas, empresarios, educadores y periodistas. Representamos perspectivas diferentes, y a veces divergentes, incluidas distintas opiniones sobre cómo se debe gestionar y publicar la IA de código abierto.” En su declaración, estos cerebritos afirmaron que “hay una cosa en la que estamos totalmente de acuerdo: los enfoques abiertos, responsables y transparentes serán fundamentales para mantenernos seguros en la era de la IA”.
Los firmantes aseguran que “los modelos de IA pueden ser utilizados de forma abusiva por actores malintencionados o pueden ser implementados por desarrolladores mal preparados (…) La idea de que el control estricto y exclusivo de los modelos de IA fundamentales es el único camino para protegernos de daños a escala social es, en el mejor de los casos, ingenua y, en el peor, peligrosa.”
Para el año 2026 está previsto que culmine este limbo en el cual nos encontramos hoy día, ya que la compañía Singularity NET tiene previsto que en ese año quede operativo el más imponente cerebro artificial jamás visto por el ser humano en el planeta. Esto no es otra cosa que la conexión de una súper red de súper computadoras, que emulan el cerebro humano, con acceso a todo (¡¡¡TO-DO!!!)el conocimiento existente actualmente y con la capacidad de superar nuestra inteligencia.
Comprendo que el escenario que les estoy describiendo parece de ciencia Ficción, exagerado, pero quienes lo están advirtiendo son expertos, la mayoría de ellos sin vínculo con las compañías que llevan adelante el proyecto.
El asunto es que este monstruo se maneja como una Inteligencia Artificial General, y esto quiere decir que superaría la inteligencia Humana y quedaríamos tan relegados que no tendríamos herramientas para alcanzarla, sin importar lo que hagamos.
El asunto además, se complica cuando vemos que desde hace varios años, personajes como Elon Musk, por ejemplo, está desarrollando el programa Nueralink, que no es otra cosa que modificar la biología del ser humano para hibridarlo con tecnología, con la excusa de convertirlo en un ser con mayores capacidades cerebrales, pero manejando a su antojo la voluntad de las personas; Trans-humanismo, que le dicen; Y está a la vuelta de la esquina…
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