Por Andrés Torterola
Para conocer más sobre el concepto del “segundo cerebro”, como se denomina al intestino, CAMBIO entrevistó a la Dra. Débora Soltelo, quien explicó que muchas enfermedades tienen su origen en la comunicación bidireccional entre el cerebro, la microbiota (“flora”) y el intestino. “Cuando comprendamos que este vínculo es el punto común de la mayoría de los trastornos de salud, habremos encontrado el verdadero camino hacia la prevención y el bienestar”, afirmó.
INVESTIGACIÓN
El concepto de “segundo cerebro” no es nuevo. Ya en 1795, Robert Whytt describió los mecanismos de conexión entre el sistema nervioso central y el digestivo. Sin embargo, en los últimos años, el eje cerebro-intestino-microbiota (CIM) se ha convertido en uno de los campos de investigación más apasionantes, especialmente ante el aumento de enfermedades crónicas. El intestino y su microbiota son esenciales para la salud. La alteración de la pared intestinal, la pérdida de mucosa y el desequilibrio de la microbiota pueden desencadenar múltiples enfermedades. Esto genera una “hiperpermeabilidad intestinal” o “síndrome del intestino agujereado”, que permite el paso de sustancias tóxicas y gérmenes a la sangre, provocando una respuesta inflamatoria generalizada. Esta situación agrava la disbiosis (desequilibrio microbiano) y perpetúa el daño intestinal.
DESDE EL INICIO
Numerosos estudios relacionan el eje CIM con enfermedades como autismo, déficit de atención, ansiedad, depresión, Alzheimer, Parkinson, obesidad, asma, diabetes, afecciones cardiovasculares, esclerosis múltiple, síndrome del intestino irritable, Crohn, alergias, rosácea, trastornos respiratorios y cáncer. A su vez, estas patologías empeoran la condición intestinal, generando un círculo vicioso. La Dra. Soltelo subrayó que el origen del daño intestinal puede rastrearse desde la gestación, el tipo de parto, la lactancia y la alimentación temprana, lo que sugiere que muchas enfermedades comienzan a gestarse desde el inicio de la vida. Alcanzar un equilibrio microbiano adecuado, conocido como eubiosis, asegura una buena regulación del cuerpo, mejor absorción de nutrientes, producción de compuestos beneficiosos y fortalecimiento del sistema inmune. La clave está en una alimentación rica en antioxidantes y moduladora de la microbiota, capaz de regenerar la integridad de la pared intestinal y prevenir enfermedades.
ENFOQUES TERAPÉUTICOS
No obstante, la especialista advirtió sobre el uso indiscriminado de terapias relacionadas, como probióticos, prebióticos, antibióticos o trasplantes de microbiota fecal. Estas prácticas deben ser siempre indicadas y supervisadas por profesionales especializados, ya que un uso incorrecto puede generar daños irreversibles. Finalmente, la Dra. Soltelo destacó que las enfermedades se sostienen en una respuesta inflamatoria sistémica. “Necesitamos nuevos enfoques terapéuticos, basados en investigación científica libre de intereses farmacéuticos, que busquen la verdadera cura de las enfermedades digestivas y extradigestivas”, señaló.