Por Andrés Torterola.
Un ciudadano que visitó el cementerio de Salto se comunicó telefónicamente con CAMBIO para expresar su profundo malestar por el estado del principal camposanto de la ciudad. Según relató, la situación se ha vuelto insostenible, con frecuentes robos y una evidente falta de mantenimiento en diversas áreas. “Esto parece tierra de nadie”, aseguró, tras recorrer el lugar y observar daños en varios panteones y tumbas.
El denunciante señaló que durante las noches se registran robos de objetos de bronce, especialmente letras que forman los nombres de los fallecidos en los panteones, manijas de los cajones y marcos de las fotografías colocadas por los familiares. “No hay respeto ni control. Cada vez que uno viene encuentra algo roto o desaparecido. Los bronces desaparecen y nadie parece hacerse responsable”, afirmó.
De acuerdo con su testimonio, estas sustracciones se repiten desde hace meses y, pese a que algunos familiares han realizado denuncias, el problema continúa. “Es una falta total de respeto hacia nuestros seres queridos y hacia todos los que tenemos familiares acá”, expresó.
TOMÓ NOTA
Ante esta situación, CAMBIO se comunicó con el encargado de Servicios Públicos de la Intendencia de Salto, Carlos Ayuto, quien indicó que tomaría nota de lo planteado y que, en principio, suponía que la persona que realizó el reclamo también habría presentado la correspondiente denuncia policial. El jerarca manifestó su disposición a verificar el estado de los panteones y las condiciones de seguridad del lugar, aunque no brindó mayores detalles sobre posibles medidas concretas para evitar nuevos robos.
Los visitantes del cementerio han insistido en la necesidad de reforzar la vigilancia, ya sea mediante guardias nocturnos o la instalación de cámaras de seguridad en puntos estratégicos. “El problema es que entran de noche y nadie los ve. Se llevan lo que pueden vender, y lo hacen sin temor”, comentó otro ciudadano consultado por este medio.
MEMORIA Y PAZ
En los últimos años, las denuncias por robos de bronce en cementerios y espacios públicos se han vuelto frecuentes, debido al valor de este material en el mercado informal. Funcionarios del cementerio reconocen la dificultad de controlar estos hechos, que suelen ocurrir en horas de la madrugada.
Mientras tanto, quienes acuden al cementerio reclaman medidas efectivas en materia de seguridad. Aclaran que no tienen quejas respecto al trabajo de los funcionarios ni a las tareas de limpieza, que consideran adecuadas, sino que su principal preocupación radica en los reiterados robos que se vienen registrando en el lugar. “El cementerio debería ser un espacio de memoria, recogimiento y paz, no un sitio de saqueo y abandono”, expresaron algunos de los vecinos, quienes piden a las autoridades que se garantice el respeto en un lugar cargado de valor simbólico y afectivo para la comunidad.
