Por Carlos Arredondo
La cosa es así: El pasado 25 de junio de 2024, una jueza subrogante de un juzgado de la ciudad de Carmelo (Colonia), intimó a una pareja de padres de una niña de 2 años, que no cuenta con ninguna de las vacunas del esquema vacunal ordinario, a vacunar a su hija en el plazo de 10 días, con todas las vacunas, bajo apercibimiento de tenerlos por incursos en un delito de omisión de los deberes de la patria potestad, remitiendo el expediente a fiscalía.
El 16 de junio desde esta columna daba cuenta del caso. Para quienes no lo recuerden, a los 15 días, volví a dar cuenta del asunto, pero esta vez subrayando los firmes, y claros, argumentos que el abogado de la Familia, Dr. Cipriano Curuchet, expuso en el escrito presentado ante el Tribunal de apelaciones (Ambas notas pueden leerse en la web de CAMBIO, bajo el título: El viaje de tu hija adolescente y el asesino serial – parte 1 y 2)
Para hacértela corta: Cumplidas todas las instancias judiciales, la justicia de este país, en un fallo inaudito, incomprensible y que atenta contra todos los derechos y garantías de las personas, cerró el caso dando la razón a la jueza, dejando a los padres en un cruce de caminos, no deseado para nadie: O inyectar en el cuerpo de su hija sustancias que no necesita tener, y que muy probablemente le ocasionen daños irreparables a su salud, o abandonarla a su suerte dejándola en las manos de INAU, lejos de su familia y todo lo que ella es -y será-.
Ante semejante atropello dispensado por la justicia de nuestro país a las garantías de estas personas, un grupo de ciudadanos, que desde el primer momento han seguido de cerca el caso, y apoyado a la familia, a modo de grito desesperado, han redactado una carta que explica claramente los motivos por los que la justicia se equivoca, atropella los derechos de esta familia, sienta un precedente PELIGROSÍSIMO para todos los niños y familias de este país: llega a una conclusión sospechosa, que solo beneficia a un sistema plagado de irregularidades, y lo mas inaudito de todo: Cómo, cual despiadado cártel, impone su voluntad antes los más desprotegidos y débiles, intentando doblegar las voluntades de quienes se resisten a entregar su dignidad, sus principios y valores, sus conceptos de vida y, como en este caso, sus legítimos conceptos de cómo atender su salud.
La carta está dirigida a “Sra. jueza Dra. Stefania Vittori, Señores jueces integrantes del tribunal de apelaciones y Señores Magistrados de la Suprema Corte de Justicia”, busca que con tu firma tomes una acción decidida y comprometida, que va mas allá de este caso en particular, y quedará a tu disposición en la versión web de esta nota, en diariocambio.com.uy.
Los autores saben que ni la carta, ni tu firma, serán parte del expediente que tiene a esta familia arrinconada, pero también saben que las posibilidades de que este caso sea solo el comienzo de un período muy doloroso, donde las garantías y derechos de las personas sean avasallados por el propio sistema de justicia, es casi un hecho.
Y como son uruguayos de a pie, que conocen cabalmente a sus compatriotas también saben que la inmensa mayoría de nosotros somos gente de bien, que jamás avalaría el avasallamiento de los derechos de nadie, y mucho menos ingresar en tiempos sin garantías, es que piden tu firma.
Para mostrarle al sistema TODO que aun conservamos nuestra dignidad como sociedad, y no avalamos que se interpongan oscuros intereses por sobre los derechos básicos de quienes amamos.
No dejes de firmarla, en serio, están en juego muchas más cosas que la situación de una familia.
Para firmar ingresa aquí: https://www.change.org/p/por-un-uruguay-de-libertades-adheri-a-la-causa-no-hace-falta-que-pongas-dinero
Por cierto: La niña en cuestión se llama Ámbar, tiene 3 años y es sana y feliz.
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