Por el Dr. César Suárez
Desde mucho tiempo antes que sucediera, en las últimas décadas del siglo veinte estuvimos esperando la llegada del año 2000 como si fuera una fecha mágica que, por solo llegar, iba a generar un cambio sustancial de la humanidad, cambiar de siglo y cambiar de milenio generaba una sensación de poder entrar en un nuevo mundo mágico, tan extraordinario como un parque de diversiones fantástico al que se entraba luego de realizar una larga y ansiosa cola.
Muchos escritores habían escrito acerca historias sobre relatos futuristas situadas en el siglo 21, se hicieron películas fantasiosas tales como “2001, odisea del espacio” dirigida por Stanley Kubrick de 1968, que marcó una época entre las obras más destacadas, imaginando viajes interplanetarios y la rebelión de una computadora que había adquirido autonomía y competía con la inteligencia y la capacidad humana y donde el astronauta sobreviviente descubre una nueva dimensión de la existencia.
Volver al futuro con un viaje en el tiempo, una comedia que relata las aventuras de Marty Mc Fly, un adolescente que con la ayuda del Dr. Emmett Brown juega con el tiempo hacia el pasado y hacia el futuro en un mágico auto DeLoren preparado por el Dr. Emmet Brown hasta el 21 de octubre de 2015 para encontrarse consigo mismo 30 años después sin poder interactuar para no desconfigurar la historia.
Estas dos películas fueron un hito que impresionaron tanto que las miré y la volví a ver en varias oportunidades intentado disecar la idea del autor y del director de la película y cada vez que la miraba de nuevo, descubría nuevas cosas dada la riqueza de la imaginación de sus autores.
Por supuesto que hubo muchas más películas de ese estilo que explotaba la curiosidad de cualquiera intentando curiosear acerca de que cosas nos esperaban en el futuro, cercano y un poco más lejano.
La “máquina del tiempo” basada en una novela escrita en 1895 por Herbert George Wells con su primera versión fílmica en 1960 y una remake en 2002 centrada en la historia de un científico imaginado por Wells que quería demostrar que se podía viajar en el tiempo y fabricó una máquina que fue haciendo escalas en diferentes años, que por supuesto incluía el inicio del siglo 21 y luego siguió su viaje hasta muchísimos siglos después mostrando imaginarias civilizaciones que progresaban y retrocedían a causa de guerras con armas destructivas, esclavitudes y liberaciones sucesivas donde el viajero del espacio siempre era el personaje central en cada época que hacía escala.
Las décadas reales se fueron sucediendo y aproximándose al año 2000, aumentado las expectativas y llegó el día, se inició en nuevo siglo y el nuevo milenio y al día siguiente nos dimos cuenta que todo seguía igual, tal cual venía sucediendo y los años comenzaron a pasar uno tras otro y en el 2001 no hubo nave espacial con pasajeros viajando al infinito, el 21 de octubre de 2015, generó la expectativa de los fanáticos de “volver al futuro” y se dieron cuenta que no se había inventado ni los autos viajeros en el tiempo ni patinetas voladoras y llegó el 2023 y nadie había inventado la máquina del tiempo y hasta nos parece mentira que después de tanto esperar el siglo 21 ya trascurrieron 23 años, cosa que nos cuesta creer.
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