El Instituto Nacional de Carnes presentó los principales datos estadísticos del sector cárnico uruguayo en 2025. En ese contexto, el Ing. Agr. Jorge Acosta, director de información y estadísticas del instituto, dijo que el país se encamina a cerrar un ejercicio con registros que no tienen antecedentes, particularmente en materia de precios de exportación. "Vamos a estar cerrando un año con un valor que nosotros usamos mucho, que es el ingreso medio de exportación, el IMEX", entorno a los US$ 5.000, explicó.
El IMEX, precisó Acosta, surge de dividir "toda la plata que entró por carne bovina entre la cantidad de kilos que se vendieron", expresado en equivalente con hueso. Si bien aclaró que no se trata del precio facturado de los cortes desosados, remarcó que se trata de un indicador clave para analizar el comportamiento general del negocio. "Eso es como si hubiera vendido cada uno de los días del año a 5.000 dólares, y eso no se había visto todavía", afirmó el técnico de INAC.
Si bien reconoció que se trata de dólares corrientes, señaló que el nivel alcanzado representa un récord histórico para Uruguay. Este valor, además, tiene una implicancia directa sobre el resto de la cadena, ya que "en Uruguay el precio de exportación se traslada hacia atrás", impactando de forma clara en el precio de la hacienda.
Una relación favorable para la producción
Uno de los ejes centrales del análisis de Acosta fue cómo este contexto de exportación se reflejó en la relación entre la industria y la producción. Para ello, recurrió a indicadores que permiten observar la distribución del valor generado por el novillo una vez industrializado y comercializado. "Si uno mira otros indicadores que intentan relacionar precios, muestran que la relación hacienda-exportación estuvo favorable hacia el sector de la producción", señaló.
El técnico se detuvo especialmente en el denominado novillo tipo, un indicador que cuantifica el valor total que genera un animal promedio luego de su desarme y comercialización, tanto en el mercado interno como externo. Según explicó, este indicador cerrará el año con un valor promedio de alrededor de 1.700 a 1.730 dólares por cabeza.
Históricamente, detalló Acosta, ese valor se ha distribuido en una relación aproximada de 75% para la hacienda gorda y 25% para el valor agregado industrial, destinado a cubrir salarios, envases, servicios y eventualmente generar rentabilidad. Sin embargo, 2025 mostró un corrimiento significativo de esa relación. "Este año está cerrando en 80/20. El 80% se ha tenido que destinar a la hacienda", afirmó.
Cuando Acosta habla de una relación favorable a la producción, se refiere precisamente a ese desplazamiento. "La hacienda ha estado cara en relación a otros momentos, y el 20% ha quedado en manos de la industria para hacer frente a los costos", explicó, dejando en claro que el productor capturó una porción mayor del valor total generado por la cadena cárnica durante el año.
Tensiones coyunturales
Hacia el final del año, algunos indicadores comenzaron a mostrar señales de tensión, especialmente del lado industrial. Consultado sobre la caída del valor agregado industrial en los últimos meses, Acosta reconoció que el descenso fue significativo. "Sí, cayó mucho", admitió, aunque llamó a la prudencia en la interpretación de estos datos.
El director de Estadísticas de INAC advirtió que se trata de indicadores que no deben analizarse de manera aislada ni en el corto plazo. "Hay que tener cuidado porque no es un indicador que en un mes se juegue mucha cosa", sostuvo. En su visión, tanto la producción como la industrialización de carne bovina responden a un negocio de más largo aliento, donde los ajustes no se reflejan de forma inmediata.
Desde esa perspectiva, explicó que lo que muestran los datos recientes es un desbalance coyuntural, pero no necesariamente una señal estructural. "El negocio de la producción y la industrialización es bastante de más largo plazo. Lo que está mostrando es que seguramente se busque el equilibrio en algún momento", afirmó.
Acosta insistió en que la lectura correcta debe hacerse sobre el promedio anual y no sobre la foto de un mes puntual. "Muchas veces no es un indicador para mirar la coyuntura de cuánto está este mes. Hay que mirarlo en todo el año, para que el negocio cierre de una forma más clara", señaló, descartando interpretaciones alarmistas.
