Watson y Crick

Por el Dr. César Suárez
Cada 10 de diciembre desde hace casi 120 años se entregas los llamados Premios Novel a destacados personajes de la ciencia, de la literatura y de la paz.
Este premio fue instituido en su testamento el año 1895 por Alfred Novel y se comenzó a entregar en 1901 e incluye 6 disciplinas, 5 originales de acuerdo a su decisión personal, Física, Química, Fisiología, Literatura y Paz, a los que se agregó un sexto 1968 cuando el banco Central de Suecia instituyo el premio en Ciencias Económicas en homenaje y reconocimiento al creador Alfred Novel.
Hay que recordar que Alfred Novel fue el inventor de la dinamita del cual después se arrepintió por haber sido una herramienta responsable de la muerte de incontables personas y ya no habría vuelta atrás porque ya estaba inventada y difundida.
Confieso que nunca me acuerdo de los nombres de los Premios Novel excepto del más controvertido de todos como es el Premio Nobel de la Paz que frecuentemente genera controversias múltiples, pero termina siendo el más conocido a nivel popular, sin embargo nunca me olvido de Watson y Crick por el impacto que me ocasionó a mi y la medicina todas el descubrimiento de la estructura molecular de la materia viva a través del ADN en forma de doble hélice conectadas por bases nitrogenadas y que se ha transformado Enel “logo“ de la materia viva.
Watson y Crick publicaron su descubrimiento en 1953 pero como nada surge de la nada, ellos basaron su teoría inicial en trabajos realizados con anterioridad por el Biofísico Neozelandés radicado en Londres, Maurice Wilkins quien había comenzado a estudiar los ácidos nucleicos en 1948 y dirigió la investigación de la difracción de los rayos X sobre el ADN, pero el papel fundamental lo jugó la Química británica Rosalind Franklin quien obtuvo una fotografía lograda por difracción de rayos X sobre una molécula de ADN que Wilkins le mostró a Watson sin la autorización de la autora quien aún no la había publicado y Watson encontró la pista para discernir la estructura del ADN.
El Premio Nobel de Fisiología o Medicina de 1962 fue otorgado conjuntamente a Francis Harry Compton Crick, James Dewey Watson y Maurice Hugh Frederick Wilkins, pero no incluyeron a Rosalind Franklin que tuvo papel preponderante en este descubrimiento y la importancia de la trasferencia de la información genética en la materia viva.
El día 6 de noviembre pasado, hace hoy 10 días, a los 97 años James Dewey Watson uno de esos genios de este tremendo descubrimiento, el último que quedaba vivo de los 3 premiados.
Watson continuó con sus estudios genéticos con un avance destacado en el estudio del genoma humano, pero al final del siglo 20 y principios del 21, cayó en desgracia al afirmar que el genoma de los negros demostraba que era menos inteligentes, afirmación que generó un contundente rechazo de la academia científica.
Lo que no dijo es que la inteligencia humana está relacionada a las oportunidades educativas y culturales y sobre todo a la alimentación adecuada sobre todo en los primeros años de vida y que el hambre sobre todo en el continente africano estuvo y está vinculado al colonialismo y la depredación de los recursos naturales que hicieron los europeos que han impedido el desarrollo de esta comunidades lo que inevitablemente lleva, a través del hambre a un desarrollo físico e intelectual deficitario que agregado a la falta de oportunidades educativas hacen el combo perfecto del subdesarrollo.