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Martes 02 de Diciembre, 2025 36 vistas

Ing. Agr. Ignacio Abella : Proyecto FPTA del SUL, busca reducir residuos de pesticidas en la lana

El Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) presentó un nuevo proyecto orientado a medir, comprender y reducir la presencia de residuos de pesticidas en la lana, un factor que comienza a tener impacto directo en el acceso a los mercados de mayor valor. El proyecto, recientemente aprobado con fondos FPTA de INIA, se desarrollará durante tres años e involucra a la Facultad de Química, empresas topistas, firmas procesadoras de lanolina y diversas organizaciones de criadores de razas ovinas.
El Ing. Agr. Ignacio Abella, técnico del SUL, explicó que esta iniciativa surge en un contexto en el que la lana se posiciona como una fibra "de nicho", destinada mayormente a vestimenta de alta calidad. La valorización creciente de su origen natural y renovable implica también nuevas exigencias en materia de sustentabilidad y control de residuos. "Vemos que es un proyecto país, porque la lana que va a valer va a ser para vestimenta... y se le van exigiendo diferentes cosas", señaló el técnico.
En este marco, el proyecto apunta a generar información confiable, identificar prácticas de manejo y ofrecer herramientas para que los productores puedan cumplir con los requisitos que plantean ecoetiquetas internacionales, principalmente europeas. 
Residuo de pesticidas
La presencia de piojos en majadas uruguayas y la obligatoriedad de aplicar tratamientos en determinados casos representan un punto crítico en la cadena lanera. Abella explicó que "muchas de las aplicaciones que se hacen pueden tener como efecto negativo: niveles de residuos que están por encima de ciertos umbrales", lo que puede derivar en restricciones comerciales.
El técnico advirtió que la demanda global se ha vuelto más estricta y que Uruguay, como país exportador, debe evitar generar "alertas" que puedan afectar la colocación de sus productos. "Nunca sabés dónde termina una lana. La idea es tener lotes con bajos niveles de residuos", afirmó.
Además del impacto en la fibra, existen efectos indirectos sobre subproductos como la lanolina. Las exigencias del sector cosmético -uno de los mercados más atractivos- establecen límites estrictos sobre residuos. Según Abella, "muchas veces por el tipo de productos que encuentran, los niveles son de difícil extracción", lo que afecta precios y posibilidades de colocación. En este sentido, la aspiración a reducir residuos no solo amplía mercados, sino que diversifica oportunidades para otros segmentos de alto valor.
Trabajo conjunto 
Abella enfatizó que el trabajo será completamente confidencial y se centrará en generar conocimiento técnico para beneficio del sector. "Acá la idea no es denunciar a nadie, es generar información y nuevas herramientas", aclaró.
La iniciativa incluirá mediciones de lana sucia y lana lavada, análisis de lanolina y seguimiento detallado de las prácticas realizadas en los establecimientos. Para ello, el SUL ya está contactando a productores de lanas finas -principalmente de 24 micras hacia abajo- que cuenten con información completa de esquila y manejo sanitario.
Se trata de un proceso gradual. "Recién está arrancando, todavía no tenemos resultados", explicó el técnico. Durante estos tres años se trabajará en la identificación de lotes con potencial para procesarse localmente, con el fin de evaluar cómo evolucionan los niveles de residuos a lo largo del ciclo industrial.
Casos demostrativos 
El proyecto pretende también identificar situaciones donde, por manejo adecuado o condiciones sanitarias, las majadas no requirieron tratamientos ectoparasitarios. Esto permitiría certificar lotes libres de residuos y destacar atributos diferenciales. Abella mencionó, como ejemplo concreto, que en campo del SUL en el norte del país, en el CICOMA, "no hay piojos y no hubo necesidad de aplicación; esta lana no tiene residuos porque no aplicamos nada".
Esta posibilidad abre un nuevo camino para la valorización comercial. Lotes trabajados bajo esquemas de mínima intervención sanitaria pueden constituir una alternativa para mercados premium de vestimenta o cosmética. Sin embargo, el técnico subrayó que el proyecto no busca promover prácticas que comprometan la sanidad animal, sino ajustar el manejo a riesgos reales y utilizar solo los tratamientos estrictamente necesarios.
Lecciones de otros sectores
Uno de los componentes centrales del proyecto es anticipar riesgos reputacionales para el país, basándose en experiencias de otros rubros. Abella recordó casos recientes en la cadena cárnica: "Ha pasado con la carne vacuna, por ejemplo, por residuos de garrapaticidas", destacó.
Las consecuencias logísticas y comerciales de estos episodios son significativas. "Se vuelve un contenedor", fue el ejemplo citado durante la entrevista, ilustrando cómo un incidente puntual puede impactar en toda la cadena. La lana uruguaya, por su posicionamiento en mercados de nicho, requiere blindar aún más su reputación mediante garantías técnicas verificables.
Por ello, la generación de datos, la validación industrial y la capacitación de productores serán piezas claves del enfoque adoptado. El SUL adelantó que habrá instancias de formación específicas, visitas a establecimientos y difusión periódica de los avances del proyecto a medida que se obtengan resultados.
Alcance del proyecto
El proyecto se focaliza inicialmente en lanas finas, pero sus resultados serán extrapolables a toda la producción nacional. "Los resultados que surjan de acá van a ser en beneficio de todo el sector", subrayó Abella. La intención es establecer bases técnicas y operativas que puedan utilizarse en programas de certificación, esquemas de manejo y protocolos de industrialización.
La convocatoria a productores es progresiva, aunque estructurada: deben cumplir con determinados requisitos como envío de lana al laboratorio, esquila registrada de borregos y ovejas, y datos completos de manejo sanitario. En paralelo, el SUL continuará incorporando muestras y ampliando la base de análisis durante todo el período de ejecución.
Abella añadió que ya se han recibido respuestas espontáneas de productores interesados, incluso de personas que el equipo técnico no conocía previamente. Esto refleja el creciente interés del sector en reducir riesgos comerciales y mejorar la trazabilidad de la producción lanera.
Un proyecto a tres años
La iniciativa comenzó recientemente y se extenderá por tres años, con un enfoque progresivo en análisis, comportamiento industrial y sensibilización de productores. "Estamos en un mercado muy global… quien se abastece de lana de Uruguay puede también hacerlo desde otros países productores", advirtió Abella, por lo que el proyecto trata de asegurar la competitividad de la lana uruguaya frente a otros países exportadores.