Las exportaciones ovinas durante los primeros once meses del año, alcanzaron US$ 214,7 millones, lo que representa un crecimiento interanual del 3,3%, de acuerdo con el informe elaborado por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), en base a datos de la Dirección Nacional de Aduanas. Este aumento está impulsado por las ventas de lana al exterior, en tanto que la carne ovina registró una caída en volumen y facturación.
Lanas
Las exportaciones de lana y subproductos generaron US$ 153,8 millones, con un incremento del 5,6% respecto al mismo período del año anterior. Este rubro explicó más del 70% del total de las divisas, reafirmando su rol estratégico dentro del complejo exportador del rubro ovino del país.
Si bien el ingreso de divisas creció, el volumen físico exportado mostró una contracción. Uruguay colocó en el exterior 38 millones de kilos de lana equivalente base sucia, un 10,2% menos que en 2024. Esta aparente contradicción se explica por una mejora en los precios relativos y por una mayor valorización de determinados tipos de lana, en particular las de menor diámetro. Las lanas de menos de 21 micras representaron el 26% del volumen exportado y fueron las que más crecieron en valor, con un aumento interanual del 42% en ingresos.
China volvió a posicionarse como el principal destino de la lana uruguaya, concentrando el 45% del valor exportado, seguida por Italia y Alemania. En el caso de la lana sucia, el mercado chino absorbió el 86% de las divisas, impulsando un crecimiento del 13% en este subrubro. También se destacó el desempeño de la lana lavada, cuyas exportaciones aumentaron 9% en valor, con China e India como destinos relevantes. En contraste, los tops de lana registraron una leve caída del 2,2%, reflejando una menor demanda desde algunos mercados europeos.
Ingresos por producto
El análisis por producto muestra que la lana sucia fue el rubro con mejor desempeño, superando los US$ 59 millones, con un crecimiento interanual del 13%. La lana lavada también tuvo una evolución positiva, mientras que los subproductos industriales, como hilados, tejidos y prendas de vestir, registraron caídas significativas. Esto refleja una menor competitividad de estos eslabones frente a otros países productores y una mayor concentración de la demanda en las primeras etapas de la cadena.
Desde el punto de vista del productor, el informe del SUL deja en evidencia que la mayor generación de valor sigue estando asociada al tipo de lana producido y a su destino final, más que al volumen total. En un contexto de mercados exigentes y selectivos, la calidad vuelve a ser el principal diferencial.
Carne ovina
Las exportaciones de carne ovina, si bien representan una porción menor del total, siguen siendo relevantes para el equilibrio económico del sistema ovino. Entre enero y noviembre de 2025, ingresaron US$ 60,6 millones, lo que implica una caída del 2,4% frente al año anterior. La contracción fue mucho más marcada en términos de volumen, con 9,9 millones de kilos exportados, un 31% menos que en 2024.
Esta reducción en las toneladas enviadas al exterior fue parcialmente compensada por una mejora en los precios por tonelada, lo que evitó una caída más pronunciada en el valor total. El informe del SUL señala que este comportamiento está vinculado a cambios en la demanda internacional y a una reorientación de los destinos.
Brasil se mantuvo como el principal mercado para la carne ovina uruguaya, con el 35% del valor exportado, aunque con una leve baja interanual. La principal novedad fue el fuerte crecimiento de Israel, que pasó a ocupar el segundo lugar con el 18% de las exportaciones, tras multiplicar varias veces sus compras respecto al año anterior. En cambio, China redujo significativamente su participación, con una caída del 50% en el valor importado.
También cobraron relevancia los países árabes, que en conjunto representaron cerca del 19% del valor exportado, mostrando una diversificación que puede resultar estratégica para el futuro del sector. La carne congelada con hueso continuó siendo el principal producto exportado, aunque con una leve retracción, mientras que la carne congelada sin hueso mostró un crecimiento moderado.