Por Carlos Arredondo
Que la pandemia de Covid19 nos cambió la vida a todos no es novedad, pero lo novedoso puede estar en el hecho que para muchos fue el disparador para que esos cambios pasaran a ser “de perspectiva”. Me explico: Es que con la pandemia muchos comenzamos a realizarnos preguntas que, de no haber existido dicho plan, jamás nos hubiésemos hecho.
En mi caso personal, lo confieso, uno de los tantos puntos que me hicieron sonar la alarma, y encender la luz roja, fue la impresionante campaña contra el fármaco Ivermectina. Es que durante aquel periodo aparecieron mas de 30 informes científicos, con su debida revisión por pares, que indicaban que este fármaco no solo prevenía, sino que curaba, la enfermedad de moda de aquel momento.Sin embargo, esa información permanecía escondida a los ojos del gran público.
La ivermectina fue descubierta y lanzada al mercado en el año 1981y debido a su eficacia los investigadores Satoshi Omura y William Campbell recibieron el Premio Nobel de Medicina en 2015.
Si bien se trata de un fármaco creado para la desparasitación animal – de uso veterinario – no pasó mucho tiempo para que se le descubriera propiedades para tratar afecciones en humanos, para quienes, lógicamente, también fue aprobado su uso.
En plena pandemia un científico argentino, el Dr. Héctor Carvallo, mostraba, como podía, los resultados del estudio llevado a cabo por un equipo por él encabezado, donde quedaban más que claro los beneficios anti Covid que el fármaco tenía. Recuerdo mi desconcierto cuando posteé en fb un programa de estreaming, donde Carballo explicaba minuciosamente los beneficios de la Ivermectina, y brindaba detalles explicativos sobre cómo funciona en nuestro organismo. El posteo fue bloqueado por Facebook porque “infringe nuestras normas comunitarias sobre información errónea que podría causar daño físico”; Por supuesto no me censuraban a mí, sino a un estudio científico que evidenciaba algo que a Facebook le interesaba ocultar; que no se supiera. La censura ya era explícita y encendía alarmas.
Toda esta alaraca viene a cuento debido a que esta semana se supo que tres médicos estadounidenses le ganaron un juicio a la FDA (Agencia gubernamental de EEUU que regula medicamentos y alimentos), la que durante todo aquel período, entre otras cositas non sanctas, estuvo enfrascada en una denodada campaña contra la Ivermectina. La resolución judicial ordenó a la FDA a desdecirse y eliminar todos los posteos – oficiales, claro – realizados en redes sociales, que desestimaban la eficiencia del fármaco para la profilaxis y el tratamiento del COVID. Es que los demandantes alegaron que la FDA interfirió ilegalmente, con sus declaraciones, en su práctica de la medicina.“La FDA reconoce explícitamente que los médicos tienen la autoridad para recetar ivermectina para tratar el COVID”, dijo Ashley Cheung Honold, abogada del Departamento de Justicia que representa a la FDA, durante los argumentos orales en el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos”, consigna una nota de Zachary Stieberpublicada enTheEpoch Times.
Pero lo bueno de esta historia no se queda en el duro golpe recibido por la censura internacional, ni por el triunfo de la verdad y la evidencia científicaseria sobre el relato machacón, mentiroso y sin evidencias presentado por la oficialidad mundial, sino porque además se supo que la Ivermectina también “atiende” a la enfermedad que quieren imponernos en estos tiempos: El Dengue. Es que el pasado 3 de marzo, el Dr. Héctor Carvallo volvió a hacerlo; realizó unas declaraciones, esta vez al periódico La Prensa, de Bs. As., donde explicó claramente: “Nuestro interés en la ivermectina no surgió con el covid, surgió con el dengue, antes de la pandemia. De hecho, los estudios de ivermectina en dengue, o en arbovirosis en general, datan de 10 a 12 años atrás. En Australia, los doctores Caly y Wagstaff, quienes hicieron la primera publicación de la efectividad de la ivermectina contra el SARS-CoV-2 ‘in vitro’, no estaban estudiando el SARS-CoV-2, sino ivermectina y dengue. Cuando empezó la pandemia, cambiaron el objeto de estudio, ante la urgencia de la situación.Pero repito: no es que ahora la ivermectina sirve para todo. Los estudios de la ivermectina en arbovirosis, en reumatología, en oncología, son todos del 2009, del 2010, del 2012, 2015… es decir, que son previos a la pandemia”, afirmó.
Y al final de cuentas la evidencia científica seria, siempre puede más que la mentira y la manipulación.
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