Por Andrés Torterola.
En diálogo con CAMBIO, el alcalde de la localidad boliviana de Tapacarí, Dr. Bernardo Mamani, confirmó que está al tanto de la situación del exsacerdote uruguayo Juan José Sant’Anna y que ha mantenido contacto permanente con los fiscales que llevan adelante el caso en Bolivia. Señaló que la comunidad de Tapacarí sigue con atención cada novedad del proceso, ya que los hechos atribuidos a Sant’Anna generaron un profundo impacto social en la localidad. La población espera que se haga justicia y que este tipo de situaciones nunca más se repitan en la región.
Por su parte, el periodista Erick Ortega, quien localizó a Sant’Anna en la ciudad de Salto tiempo atrás, manifestó que el caso representa un símbolo de lucha por parte de las víctimas y de las organizaciones que las acompañan. Explicó que esperan que el proceso de extradición no se extienda más allá de cuatro meses, y que las autoridades uruguayas respondan con celeridad al pedido formal de Bolivia. “Estamos aguardando las resoluciones de la Justicia, confiamos en que el pedido será atendido a la brevedad. Las víctimas han esperado demasiado tiempo y merecen una respuesta definitiva”
ADMITIÓ LOS ABUSOS
La Justicia boliviana envió formalmente a Uruguay la solicitud de extradición del exsacerdote, acusado de abusar de 30 niños en un internado católico de la localidad de Tapacarí, cercana a Cochabamba. Sant’Anna fue detenido a fines de septiembre en su vivienda de Salto, donde permaneció oculto durante 17 años.
El pedido de extradición detalla los hechos por los cuales el exreligioso será juzgado en Bolivia, bajo la figura de “abuso deshonesto agravado”. En el expediente se incluye además el testimonio de un sacerdote delegado del arzobispo de Cochabamba, quien declaró que Sant’Anna admitió haber cometido los abusos, aunque no precisó desde cuándo.
El periodista boliviano Erick Ortega, junto con la organización feminista Revuelta Subversiva de Salto, logró ubicar el domicilio del exsacerdote en Salto, lo que permitió hacer pública la denuncia. Si bien en un principio no hubo consecuencias inmediatas, el caso cobró impulso en septiembre de este año, cuando la policía uruguaya realizó un operativo que culminó con la detención de Sant’Anna y su traslado a Montevideo, donde aguarda la resolución del proceso de extradición.
PRIMERAS ACUSACIONES
Sant’Anna inició su formación religiosa en 1989 como aspirante en la Congregación Salesiana de la Iglesia Católica Uruguaya, donde permaneció durante diez años. Posteriormente fue ordenado sacerdote en Tapacarí, una localidad rural de unos 23.000 habitantes con calles de tierra y viviendas de barro y madera. Allí dirigió el ala masculina del Internado Ángel Gelmi, que albergaba a 72 niños y adolescentes de entre 8 y 17 años.
Las investigaciones sobre la posible ola de abusos sexuales comenzaron el 27 de octubre de 2007, cuando las autoridades bolivianas iniciaron las primeras actuaciones judiciales en su contra.