Por Carlos Arredondo
La pandemia de Covid, para algunos -dentro de los que me encuentro-, fue un tiempo decambios, de descubrimientos, donde los sucesos ocurridos no hicieron más que exhibir una realidad inquietante, dura, alevosamente oculta ante los ojos de todos desde hace muchos años.
Advertimos que detrás de escena, donde el maquillaje no es necesario y al payaso se lo ve llorando, existe una amenaza real, que pende sobre la cabeza de toda la humanidad y, absortos, descubrimos que esa amenaza cuenta con la complicidad de la gran mayoría de nuestros actores políticos.
Frente a esto algunos elegimos comenzar a andar el camino de advertir a los demás del real peligro que nos acecha, en busca de generar una mayor conciencia colectiva sobre la realidad.
Uno de estos tantos asuntos tiene que ver con la intención de instalar El Nuevo Orden Mundial. Un gobierno supra Nacional, que dictará normas, y las hará cumplir, en cualquier lugar (país) del planeta. Abolirá las Constituciones y las leyes de cada Nación, y someterá a los pueblos a su voluntad. Por supuesto no será electo por nadie y estará compuesto por los dueños del dinero, que no son otros que banqueros, y magnates hiper- mega millonarios, que hoy tienen como fachada el Foro Económico Mundial, el Club Bilderberg, y sus agencias (ONU, FMI, OMS, FAO, UNICEF, UNESCO, OEA etc, etc) que, aunque te cueste creerlo, todas han sido secuestradas por esta especie de Cartel delictivo internacional, y bailan la música que tocan estos individuos.
Pero un plan tan ambicioso no se lo organiza de un día para el otro. De hecho ya desde mitad del siglo pasado algunos de estos individuos ya manejaban la posibilidad de adueñarse políticamente del mundo, sabiendo que no les costaría mucho adueñarse económicamente de él.
Son los dueños del dinero, por lo tanto son los dueños de los políticos, de sus discursos y de sus líneas de acción. Lo hacen en todo el mundo. ¿Te parece muy loco? Pues te voy a mostrar cómo lo han venido haciendo- y con quienes – en Uruguay.
Resulta que la última etapa de su plan es la instalación de la agenda 2030, que como ya te he comentado en esta misma columna, se trata de un conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en apariencia uno más loable que el otro, presentados con las palabras exactas y sin dejar posibilidad alguna que alguien pueda resistirse a tan “altruistas” pretensiones. Estos Objetivos encierran 169 metas.
Esta agenda, además de perversa y mentirosa, es el último paso hacia la instalación del Nuevo Orden Mundial y los últimos 4 presidentes Uruguayos dejaron bien claro que estaban sometidos a ella, y así lo hicieron saber: José Mujica, Tabaré Vázquez, Luis Lacalle y Yamandú Orsi. Los cuatro.
Empezó Mujica, en el año 1997, cuando en una nota realizada por Jeésus Quinteros para su programa “El perro Verde”, afirmó: “Hoy se necesitan militares, en primer término que hablen en Inglés. Que sean muy profesionales, pero tan profesionales, que estén dispuestos a ir a cualquier parte de la tierra para construir el nuevo orden mundial”.
Lo siguió Tabaré Vázquez, quien en su primera presidencia afirmó que había que cumplir con “los compromisos asumidos en la agenda 2030, la agenda más legitima, la Agenda más sensata, y al mismo tiempo más audaz del mundo actual…”
Cuando le tocó el turno a Luis Lacalle Puo, en ejercicio de la presidencia, dijo: “Las Naciones Unidas han promovido la Agenda 2030 y esta debe de mantenerse pese a las importantes dificultades actuales, como la guía central a procurar, para avanzar en el desarrollo sostenible. Uruguay ha trabajado arduamente, desde su aprobación para lograr un efectivo cumplimiento de ésta.
En el medio de éstos, ya siendo ex presidente, Mujica arremetió con: “…A gritos estamos precisando, para enfrentar estas contradicciones, un Gobierno Mundial…”
Lo de Yamandu Orsi es conocido, aunque ha demostrado no tener idea de qué se trata esto de “la agenda”, él está totalmente de acuerdo y trabajando para su implementación.
Columnistas