La Cámara de Representantes dio un paso trascendental al aprobar la creación del Día del Apicultor, una noticia que resuena con un significado especial en el departamento de Salto, reconocido como pionero en la apicultura nacional. La iniciativa, que venía siendo impulsada con vehemencia por Luca Malaquina, nieto de la figura histórica de la apicultura, busca honrar una tradición productiva que no solo identifica a la comunidad salteña, sino que además genera empleo y oportunidades para numerosas familias de la región.
MOTOR DEL SECTOR
El reconocimiento se cristaliza en la fecha del 13 de junio, día del natalicio de Antonio Malaquina en Salto en 1878. Malaquina fue un verdadero motor de transformación en el sector, destacándose por su espíritu autodidacta y su rol clave en la modernización de la apicultura local. El diputado Horacio de Brum, quien acompañó activamente el proyecto desde su banca, reafirmó su compromiso con el sector, destacando la labor esencial de quienes cuidan las colmenas, protegen el medio ambiente y contribuyen al desarrollo local.
INNOVACIÓN Y COMPROMISO
Durante la jornada de votación, el diputado suplente Julio Franchi se encargó de ilustrar la magnitud del legado de Malaquina, relatando su asombroso inicio: "Malaquina capturaba enjambres a los ocho años y a los once —¡once años!— ya manejaba colmenas propias y comercializaba miel, iniciando una carrera autodidacta". Malaquina no solo fue un precoz emprendedor, sino también un innovador. Su impacto decisivo en la apicultura se vio reflejado en 1902 con la importación de cajones estandarizados y reinas italianas, un avance que elevó los estándares de producción en el país. El nuevo Día del Apicultor es, más allá de un homenaje, una invitación a redoblar el apoyo al sector: agregar valor, abrir nuevos mercados y fortalecer la identidad de Salto como una tierra sinónimo de trabajo, innovación y producción de miel de calidad.
